Tres jóvenes de Cuba emigran a Aliste para abrir el bar del pueblo en Samir

Naturales del país caribeño se hacen cargo del local de las antiguas escuelas, reconvertido por el Ayuntamiento en un recinto hostelero

Los vecinos de Samir disfrutando de un agradable momento en el bar. | CHANY SEBASTIÁN

Los vecinos de Samir disfrutando de un agradable momento en el bar. | CHANY SEBASTIÁN / Chany Sebastián

Los vecinos de la localidad de Samir de los Caños vuelven a contar con un bar como lugar de encuentro, donde poder pasar los ratos de ocio, tras el incierto futuro dejado con el cierre del de Agustina, un referente de buen trato y magnífica gastronomía durante muchos años. La esperanza es lo último que se pierde, y el milagro ha llegado desde América, pues tres jóvenes, los hermanos Rey, José Enrique y Gissele, son quienes han llegado desde la lejana Cuba para regentar las “cantina” ofrecida por el Ayuntamiento de Samir de los Caños que preside Francisco Belver Crespo.

Tres jóvenes de Cuba emigran a Aliste para abrir el bar del pueblo en Samir

Tres jóvenes de Cuba emigran a Aliste para abrir el bar del pueblo en Samir / Chany Sebastián

Vecinos y emigrantes ven así cumplido su sueño de recuperar un espacio de reunión, tanto para jóvenes como para mayores del pueblo y de pueblos cercanos. No es fácil en estos tiempos, y en la España vaciada, que “tres jóvenes provenientes de otro país tengan el coraje de emprender un negocio, con la esperanza de que su ejemplo sea el empujón definitivo que le falta a otros jóvenes para retornar a sus lugares de origen o para no salir de ellos, y desarrollar así su capacidad de emprendimiento para que sus pueblos no caigan en el olvido”

Sentencian los vecinos que “un bar no sólo significa un sitio donde tomarse un café o jugar a las cartas, sino que significa no perder las tradiciones y generar un valor social añadido, al ser un lugar donde mantener las relaciones entre los vecinos tan importantes siempre en un pueblo como este”.

Se trata de tres jóvenes con espíritu emprendedor, proceden de la isla caribeña de Cuba, originarios de la provincia de Las Tunas, que ya llevan afincados en España una temporada, y que han apostado por Aliste para rehacer su vida a más de 6.936 kilómetros de su tierra.

Su llegada a la provincia de Zamora les llevó a trabajar primero en el centro de turismo rural Lajafriz de Fornillos de Aliste: “Lugar al que estaremos eternamente agradecidos por la acogida y el trato que hemos recibido de sus gentes, pero llegó el momento de evolucionar y encontramos la oportunidad en Samir de los Caños. Así que aquí estamos, decididos a levantar este interesante proyecto que ha sido posible gracias a la colaboración del Ayuntamiento”.

Tres jóvenes de Cuba emigran a Aliste para abrir el bar del pueblo en Samir

Tres jóvenes de Cuba emigran a Aliste para abrir el bar del pueblo en Samir / Chany Sebastián

Rey, el mayor, nos cuenta que se graduó en Trabajo Social en Cuba, pero la provincia de Las Turnas es de gran tradición agrícola y ganadera, y era difícil poder encontrar una oportunidad para desarrollar su profesión allí. Esto unido a otras condiciones del país, le hizo decidirse a emigrar.

Vinieron a España “porque nuestros antepasados eran aragoneses que emigraron a Cuba como lo hicieron otros tantos españoles, por lo que la cultura del país nos resultaba conocida”. Para su nuevo pueblo de acogida todo son alabanzas: “Los samireños son gente abierta, buena y noble, nos hemos sentido arropados por ellos al llegar, y cuando vienes de fuera, y más en nuestro caso de un país diferente, esto es de agradecer. Por eso, nos sentimos en deuda con ellos, y vamos a hacer todo lo posible porque el bar no sea solo un servicio, sino que se convierta en su casa y nosotros en su familia”.

Bar “Los Caños”, los tres cubanos han elegido el apellido del propio pueblo para su nueva aventura: “Queríamos hacer un homenaje al pueblo y a sus gentes que nos han acogido como si fuésemos su familia, por eso pensamos que poner un nombre al bar que representara al pueblo sería un pequeño gesto de agradecimiento hacia ellos, y así llegamos a Bar Los Caños ya que, según la tradición, la sucesión de valles y caños que forman el paisaje del pueblo fue lo que dio lugar a su nombre”. Los tres cubanos son conscientes de que “va a ser difícil, pero vamos a trabajar duro para conseguirlo”.

Samir, pueblo de chateo y partidas, llegó a contar en sus mejores tiempos con hasta cinco tabernas

Para ello están programando muchas actividades para todas las edades, “queremos que este verano sea especial para los lugareños, corren tiempos duros y creemos que la mejor forma de devolver al pueblo la ayuda que nos está prestando, es hacerles pasar unas buenas vacaciones, pero el verano no lo es todo, somos conscientes de que el invierno llega, y por ello también estamos trabajando en opciones que permitan que el bar siga siendo punto de encuentro, y genere servicios a sus vecinos cuando lleguen las heladas”.

Las actividades serán para todos los públicos, prevén desarrollar talleres, jornadas gastronómicas, campeonatos deportivos, y están muy ilusionados con algún proyecto solidario. Samir de los Caños cuenta, en este momento, con 169 vecinos empadronados (93 hombres y 76 mujeres), sufriendo también el fenómeno de la despoblación rural. Tierra de emigrantes, no es extraño pues que a lo largo del mes de agosto, con el regreso de los que un día se fueron , y sus descendientes, se sobrepasen los mil residentes. En 1960 era Samir uno de los pueblos más grandes de Aliste con 610 habitantes.

Fue Samir, pueblo de chateo y partidas, que llegó a contar en sus mejores tiempos con hasta cinco tabernas. Hasta los años sesenta los más afamados eran en de Los Jipes y los de las familia Los Mielgos, integrada por tres hermanos: Santos, Manuel y Andrés, con una taberna cada uno, con una reala de mulas con sangre Zamorano-Leonesa con las que iban a Zamora a buscara los comestibles y el vino.

Fueron los samireños, gentes emprendedoras y simultáneamente el tío Florencio Belver (Jipe) tuvo una cantina en Domez y el tío Andrés Mielgo otra en Vegalatrave. En aquellos años, llegaba uno de los primeros camiones a las tierras de Aliste, el de los afamados Colinos de Fornillos.

Tras cerrar el bar de Agustina, último del pueblo, el Ayuntamiento restauró las antiguas escuelas de niñas, junto a la ermita de San Juan Bautista, para destinarlas a ser un bar, con sala, cocina y baños, además de amueblado con sillas, mesas y televisión. Se ofertó por 100 euros al mes y a través de este periódico los tres cubanos se enteraron y se decidieron iniciar su aventura.

Samir de los Caños vuelve a contar con bar: los vecinos encantados ya disfrutan de él.

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