Ana Benito, presidenta de Ceres Zamora (Confederación de Mujeres del Mundo Rural), vinculada a COAG, participó ayer en una jornada sobre emprendimiento rural bajo la perspectiva de género, organizada en el contexto del Día Internacional de la Mujer.

–La mujer rural muchas veces también es agricultora y ganadera, ¿Se han dado pasos para su reconocimiento?

–Siempre pienso que estamos en el punto de partida porque consigues una cosa y parece que das dos pasos para atrás. En la PAC hay dos líneas dedicadas a mujeres, valoran que nos quedemos en el pueblo y estamos todo el día con el son de la España vaciada, que ya cansa. Porque a la vez te están expulsando del medio rural. Ninguna mujer está dispuesta hoy a no tener médico o un pediatra cerca, alguien que cuide a tus padres o una escuela. Cuando todo esto se pierde, salvo excepciones, ya no se recupera.

"Ninguna mujer está dispuesta hoy a no tener médico o un pediatra cerca, alguien que cuide a tus padres o una escuela"

–¿Se ven reconocidas en las políticas agrarias?

–Tienen que contar con nosotras, si no se cuenta con las personas que pueden fijar población esas políticas no van a valer nunca. Porque los hombres tienen unas explotaciones grandísimas y las del 60% de las mujeres no llegan a 5 hectáreas. La rentabilidad económica no se puede poner por delante de la rentabilidad social porque los pueblos se van a acabar con todo lo que eso implica. No solamente es que dependamos de otros países para comer, es que comemos cinco veces al día y se nos olvida quién lo produce y dónde se producen los alimentos o lo que representamos para proteger el medio ambiente.

"La rentabilidad económica no se puede poner por delante de la rentabilidad social porque los pueblos se van a acabar con todo lo que eso implica"

–¿Sienten no se asocia muchas veces todo ese trabajo con la mujer?

–Hemos estado invisibilizadas. Las mujeres tenemos una forma de actuar y de hacer la cosas muy diferente. Primero porque te cuesta mucho hacer cosas en contra de tu forma de ser y también estamos como más predispuestas o más condicionadas para cuidar de todo. Por eso en los pueblos necesitamos esas zonas amables donde las mujeres podamos reivindicar y sentirnos a gusto para hablar de lo que nos pasa y lo que queremos. Nos queda mucho por conseguir, aunque también se han dado pasos hacia la concienciación. Las mujeres somos una fuerza imparable, cada año se demuestra que no estamos dispuestas a aguantar muchas cosas.

–¿Por ejemplo?

–Con la violencia de género. Todo lo que nos pasa, en los pueblos conlleva una presión social que es muy diferente en la ciudad. Las leyes se hacen siempre pensando en las ciudades. Hay otros problemas. En los pueblos es muy difícil conciliar y hay muchas menos oportunidades de trabajo.

"Las solo 13 explotaciones en Zamora en titularidad compartida demuestran que la Ley ha sido un fracaso"

–¿Qué piden?

–Que se cuente con nosotras a la hora de hacer políticas para que de verdad sean efectivas. De nada nos sirve este día (8 de marzo), que es de reivindicación más que de celebración, si no se ponen las medidas para que se nos reconozca como trabajadoras y no como una ayuda familiar.

–Hay camino por recorrer. Trece explotaciones con titularidad compartida en Zamora dice mucho del fracaso de esta ley.

–La experiencia demuestra que no ha servido. Además muy pocas mujeres cobran PAC y en general cuando se jubilan las personas que tienen una explotación es difícil dejarla porque las pensiones son muy bajas. Eso se agrava en el caso de las pensiones de viudedad.