Dos ganaderos de Sotillo han sido denunciados por el abandono de las vacas de su ganadería que campean libremente por los pueblos del municipio de Cobreros, por la carretera de Quintana a Ilanes, por las calles de San Román, por San Miguel de Lomba, por Santa Colomba de Sanabria, por Avedillo, por Cobreros. Los animales traen en jaque a conductores y a los otros ganaderos de la zona. Piden la intervención de la Consejería de Agricultura y Ganadería y del Seprona de la Guardia Civil.

La última denuncia, interpuesta el pasado 6 de diciembre cuando otro ganadero refirió ante los agentes de la Guardia Civil en el cuartel de Puebla que las vacas de estos dos ganaderos, padre e hijo, deambulaban por la calle de la Iglesia de Santa Colomba “andan sueltas por la carretera y por las fincas de la localidad de Cobreros, San Román y demás localidades vecinas”.

Es uno de tantos testimonios de malestar que incluso se abordó en la última sesión plenaria, en la que se llegó a la determinación de enviar un escrito del Ayuntamiento a los titulares de los animales para que no los tengan sueltos. Los concejales afectados relataron en el pleno incidentes de tráfico, daños en los pastos de otras ganaderías y daños en los huertos. “Todos los días hay que echar las vacas de la puerta” señalaba un vecino de San Román de Sanabria ante la presencia de los animales en las calles del pueblo sin ningún control. Ha provocado incluso incidentes con otros ganaderos que tienen bajo control los animales en cerramientos con pastores eléctricos, precisamente para tener bajo control la ganadería. “No ha quedado un huerto vivo” relata uno de los afectados que subraya que el que ha querido disponer de berzas y repollos ha tenido que cerrar el huerto ante el acoso de las vacas.

La descontrolada presencia de los animales en la carretera a cualquier hora, pero especialmente al oscurecer, ha provocado más de un susto a los conductores y conductoras.

Una de las vacas sueltas. | A. S.

En una sesión plenaria, el concejal Miguel Rodríguez Chimeno instaba “a tomar alguna medida con esas dos personas que tienen una ganadería abandonada por todos los lados” y explicó que el ganado había estado en la parte de atrás del Ayuntamiento. Tanto Rodríguez Chimento como el concejal de su grupo Pedro Fernández reconocían que puntualmente se podía escapar un animal a cualquier ganadero, pero otra cosa es la “desatención total”. Desde el Ayuntamiento “por activa y por pasiva” se les ha pedido que recojan los animales.

El concejal del equipo de Gobierno, Raúl Chimeno Santín, señaló que “estoy de acuerdo porque ya han provocado un accidente y no es el primero, en este caso podía haber tenido consecuencias graves . Yo que soy vecino de Sotillo, por ejemplo, es que no dejan nada. Te destrozan paredes, te destrozan cancillas, te destrozan vallas, te destrozan todo. Se lo dices y como el que oye toser. A mí me han destrozado el espejo de dos coches ya pero no puedo demostrar que han sido ellos. He llamado a la Guardia Civil y es lo que dicen”.

El malestar entre vecinos, ganaderos y concejales quedaba claro en la sesión por la exposición de hechos de los propios ediles: “se puede escapar un animal o 50 pero lo que no puede ser es que lleguen a San Miguel, a Santa Colomba y llegar a Cobreros provocando al vecindario. Perjuicios que nos van a influir a todos”. El alcalde, Ángel Amigo, estuvo de acuerdo en comunicar por escrito el problema que está ocasionando estados dos ganaderías.