Cerca de un centenar de personas mayoritariamente de los pueblos de Terroso, San Martín de Terroso, Santa Colomba de Sanabria, San Miguel de Lomba, Riego de Lomba, Barrio de Lomba Cobreros y Castro de Sanabria se concentraron ayer en la Llama de Barrio para protestar contra el proyecto de instalación de dos megaparques fotovoltaicos, “de 400 hectáreas” que suponen que “el Lago de Sanabria es más pequeño que el parque solar”, en palabras de Alberto Fernández García, que representa a la plataforma Comunales Libres.

Con una cacerolada, cencerrada y todo tipo de percusión los vecinos exteriorizaron su rechazo al proyecto que supone ocupar una amplia franja de terreno de extremo a extremo del municipio. La concentración recorrió la pradera de la Llama para cerrar culminar el acto con el manifiesto y una nueva sinfonía de latas, caracolas, cencerros, esquilas y esquilones.

“Gobierne quien gobierne, los pueblos se defienden” corearon los manifestantes en la explanada de Barrio próxima a la vivienda del alcalde y el anejo del municipio donde se hacen prácticamente todas las obras. Fernández recordó que “Nosotros ya tenemos producción eléctrica” con los embalses y los parques eólicos “lo que necesitamos es industria”, además de recordar las riberas anegadas en toda la provincia por los pantanos. “Industria para el que se quiera quedar a vivir aquí y no solo AVE para que nos marchemos más deprisa”.

El manifiesto de la Plataforma reflejaba “la obligación de reivindicar los derechos que nos han sido robados” sobre la tierra y sobre los recuerdos más preciados de nuestros bisabuelos. Cuestionaron la “superioridad moral” de un Ayuntamiento que rompe la armonía que une a estos pueblos. Precisamente el paso instantes antes de uno de los concejales de Cobreros, de la Junta de Gobierno, en coche acrecentó el abucheo.

“Hay cosas que no tienen precio” recordaron desde la Plataforma y ampliaron una declaración de intenciones “no queremos quedarnos sin bosques ni montes. No queremos dejar sin hogar a los animales. No queremos romper la unión de los pastos y sus ganaderos. No queremos secar nuestros ríos”. Calificaron de sistema “energético especulativo” este proyecto que ha levantado una fuerte contestación social en la mayor parte de los pueblos afectados. El alcalde ayer no estaba en casa para oír a estos vecinos.