De todos los tamaños, formas y colores. Cualquier piedra es susceptible de convertirse en un improvisado lienzo para dibujar vistosas flores, simpáticos animalitos e incluso ilustraciones más elaboradas que reflejan una panorámica de Andavías. En esta localidad zamorana que roza el medio millar de habitantes ha triunfado una iniciativa, nacida a través de redes sociales, que propone una especie de juego de búsqueda del tesoro para encontrar e intercambiar piedras decoradas a mano.

Un grupo de niños arremolinados junto a una piedra. | Cedida

Diana Prieto y Helena Mateos son las dos jóvenes que han impulsado esta actividad participativa en Andavías, donde ha recibido una gran aceptación entre jóvenes y mayores. Como novedad, el medio de difusión empleado ha sido un grupo de whatsapp de nueva creación, ante la falta de acceso a redes sociales de muchos menores.

Una niña muestra una de sus creaciones. | Cedida

La dinámica es sencilla: el objetivo es encontrar las piedras escondidas por distintos puntos del pueblo y una vez localizadas se pueden volver a esconder en otro sitio diferente o quedársela y sustituirla por otra piedra decorada.

Dos niñas recogen uno de los guijarros con una bolsa de plástico. | Cedida

El grupo de Whatsapp se usa para compartir fotografías de las piedras que ya han sido encontradas y para informar de las nuevas que se ponen en circulación. “La gente se lo pasa pipa y todas las tardes se reúnen grupos de niños y de jóvenes para lanzarse a la búsqueda de piedras”, destaca Helena Mateos. Entre los diseños más llamativos plasmados en las piedras se encuentra un “skyline” de la localidad de Andavías que permite apreciar desde la torre del campanario de la iglesia y otras siluetas representativas, como un tractor o una torreta eléctrica.

Una de las ilustraciones plasma el “skyline” de Andavías. | Cedida

Aunque se trata de una actividad dirigida al mero entretenimiento, “nuestro objetivo también es animar y unir a la gente, sobre todo en la complicada situación de pandemia en la que hemos vivido, teniendo en cuenta que casi no podíamos hacer nada”, añade Diana Prieto. De hecho, esta entretenida y artística propuesta se ha convertido en una verdadera alternativa de ocio ante la falta de actividades extraescolares y las restricciones impuestas por la situación de pandemia.

Un pequeño observa una piedra escondida en una pared. | Cedida

La situación sanitaria también ha llevado a tomar medidas de precaución en la propia dinámica del juego, como el uso de bolsas de plástico para coger las piedras que, a su vez se pide que sean desinfectadas antes de ser puestas en circulación. Las organizadoras calculan que ahora mismo puede haber escondidas cerca de una decena de guijarros decorados en distintos puntos de la localidad.

Dos niñas encuentran una de las rocas junto a una valla. | Cedida