Pinilla de Fermoselle es un pueblo que destaca por su extraordinaria ubicación en el Parque Natural de Arribes, con vistas al cañón del Duero y a la vertiente portuguesa. Situación que favoreció la práctica del contrabando. Pero también resalta por la vocación de sus habitantes al olivo, y que les ha llevado a enraizar excelentes olivares en lo más indicado del arribanzo, a reforestar con esta especie fincas cómodas y bien comunicadas, y a mostrarlo como el principal árbol del casco urbano.

A sus pobladores, sin embargo, no les entra en la cabeza que un año prolífico de fruto queden tirados por el suelo “más de 20.000 kilos de aceituna”. Más de 3.000 litros de oro verde. No lo comprenden aunque fueran muchos menos los kilos dejados sin recoger por ser un año de escasez. Todo por falta de acceso a unas masas arboladas formadas con gran esfuerzo por antepasados que, sin maquinaria alguna, recurrían a los animales de carga. Y todo tras años y años reclamando un camino adecuado a estos pagos de producción.

“Un recurso como la aceituna y un producto como el aceite de oliva tirado por los suelos. Hay gente que no quiere bajar a los olivares solo porque les da pena verlo. No pueden recoger la aceituna porque no hay forma de acceder y tienen que dejar el fruto tirado. No quieren bajar ni siquiera andando por no ver la producción en el suelo. No estamos hablando de 500 kilos. A mí me pueden quedar mil o dos mil, pero si hablamos de 20.000 kilos, 20 toneladas, me quedo corto” expresa con cierto coraje Raúl Píriz.

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Pinilla de Fermoselle: la escarpada ruta de la aceituna de Arribes hasta la almazara Emilio Fraile

Gracias a que mantiene tres burros, ociosos el resto del año, saca de los bancales una parte de la aceituna que producen sus olivos. “Sin los burros esta tarea es imposible. La mayoría no tiene estos animales y no puede extraer la cosecha. Llevo un todoterreno hasta donde puedo, pero sin burros imposible llegar a los olivos. Son animales no maquinas” señala Píriz. A veces deja algún asno “a familiares o a alguien que te lo pide, pero otros piensan que es delicado por si se daña o le pasa algo al burro” manifiesta Raúl, que califica el producto que sale de los bancales próximos al río de “espectacular” y el mejor de todos. “Recogemos por tener burros. Si les quito se acabó todo. Y los tenemos porque queremos mantener burros y siempre los hemos tenido; pero solo sirven para comer y producir gasto. En tres o cuatro año puede que se acabe. Cada animal carga unos 70 o 75 kilos” manifiesta Piriz. Es una tarea que se asemeja a la que realizan los cafeteros de Colombia o las gentes del Nepal. “Un joven puede hacer dos o tres viajes al día, unas veces con un burro y otras con otro, pero una persona de 70 años hace uno y gracias a Dios”. “¡Es una pena! No sé el motivo de que no quieran que aprovechemos este recurso y de que no den facilidades. No tiene sentido. Solo pasa aquí. En ningún sitio de Europa. Creo que a la Junta de Castilla y León le da igual. Se hizo un escrito, pero les da igual. La zona portuguesa cuenta con caminos hasta la orilla del río y ni de coña desaprovechan sus recursos. Allí hay olivares grandes y no dejan ni uno sin aprovechar, y nosotros abandonados porque todo el mundo mira para otro lado. ¿Por qué no se utiliza el dinero para rentabilizar un recurso como el aceite, que no es cualquiera, que es bueno y que queda tirado?” reflexiona y se pregunta Raúl Piriz.

Raúl Piriz varea un olivo. | Emilio Fraile

“Por favor, que hagan un camino para que acceda un tractor o un vehículo, y que no quede tirada la aceituna. No pedimos dinero. Llega dinero y no se entiende qué se hace con él. Da rabia el ver que se queda abandonada una gran parte de la aceituna y tantos litros de aceite que se podrían obtener. Mejor no verlo. Miramos con envidia a Portugal. Los ves con sus tractores a la orilla del río, con caminos por todos los sitos, y nosotros viendo cómo lo hacen y sin entenderlo porque es un parque natural internacional” prosigue Piriz.

El olivar del Fenuyal o Nuevo lo integran unos 3.000 olivos. El de Las Corbaceiras, al que los vecinos trataron de acondicionar un viejo camino, que fue paralizado por Medio Ambiente, y costó una sanción, es otro olivar desaprovechado. Hoy la Casa del Parque de Fermoselle organizada una visita guiada al olivar Viejo de Pinilla. Verán la mejor aceituna de Arribes.