Dos vecinos de Ferreras de Arriba lograron llenar varios sacos de castañas. | Araceli Saavedra

Calibre de las castañas del monte comunal de Ferreras de Arriba. | A. S.

Las 67 hectáreas de la finca Peña el Cuco están acotadas desde la pasada semana para la recolección de setas y castañas, y reservar la recogida de la cosecha solo para los vecinos de Ferreras de Arriba. Mediante un bando del 13 de octubre la Alcaldía comunicaba a los vecinos esta decisión que ha sido bien recibida por parte de los residentes.

Aunque el nombre genérico es Peña el Cuco es una superficie de monte comunal que se reparte entre dos masas de repoblación de castaños de 47 hectáreas y 20 hectáreas, separadas por la carretera vecinal de Otero de Bodas a Ferreras. Varias zonas de estos comunales se plantaron por prestación personal de los vecinos hace bastantes años, los castaños más antiguos están precisamente en la parta alta de Peña el Cuco.La planta elegida no fue el pino, con el que se reforestó buena parte de los terrenos vecinales, sino con castaño. Recientemente se han limpiado varias zonas, ya que ha proliferado el monte bajo entre los plantones que dificultaba la recogida de un fruto que da mucho trabajo. Desde la Alcaldía se señala que el fruto es de calidad y por la cantidad de árboles es abundante, siempre que las condiciones climáticas sean favorables. Árboles muy jóvenes con 15 ó 20 años ya están poblados de pellizos casi maduros a punto de dejar caer la castaña.

Con la acotación de los terrenos, ahora en plena producción, se evita que vecinos de otros pueblos colindantes vayan a Ferreras a recoger castañas. Desde el martes pasado, las tablillas en los caminos de acceso ya advierten de la prohibición de recoger el fruto.

En la primera semana fueron muchos los vecinos que se acercaron con sus coches. El horario es variable, “sobre las 10 de la mañana” apunta uno de los recolectores, para finalizar hacia la una. Alguna vecina expresa su prisa porque después de una mañana de estar en los castaños, tiene que ir a casa a hacer la comida. Carga en el coche y se va con su bolsa y sus calderos. Los primeros castaños que se recogerán esta temporada son precisamente los de propiedad común, pera luego “cada uno tiene sus castaños y los recoge”. En Ferreras se respeta la cosecha de cada uno. Para el consumo de casa hay más que de sobra, el valor añadido está en la venta comercial.

Una familia termina la recogida en la parte alta del cortafuegos que divide los términos locales de Val de Santa María y Ferreras de Arriba. En una mañana y tras doblar mucho los riñones “se pueden recoger entre 25 y 30 kilos”. En esta ocasión es un matrimonio y uno de sus hijos los que han estado la mañana entre los castaños de la parte alta del cortafuegos, que por ser de los primeros son los más productivos. Si apañar doblado sobre el suelo es pesado, bajar los sacos al costado es tanto o más.

Hay otros recolectores que se saltan la prohibición municipal: cérvidos y jabalíes. Tienen una gran habilidad para descascar la envoltura dura de la castaña y son bastante madrugadores, a tenor del rastro que dejan debajo de las copas de los árboles.