El Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil investiga el origen de todos los incendios forestales para investigar su origen y, en caso de que este sea intencionado, para tratar de identificar a sus autores cuando esto es posible. Provocar un incendio de forma intencionada está tipificado como un delito y puede llegar a acarrear fuertes sanciones para costear los operativos de extinción, que a veces pueden asciende a miles de euros.

En la tarde del día 2 de septiembre comenzó en Fermoselle un incendio que se acercó peligrosamente al casco urbano y quedó a muy pocos metros de algunas viviendas. Las pesquisas llevadas a cabo por la Guardia Civil pronto localizaron el origen del incendio y su causa, relacionad con trabajos de limpieza en fincas.

La indagación continuó por parte del instituto armado para dar con las personas que llevaban a cabo dichos trabajos, y concluyó el 15 de septiembre cuando la Guardia Civil identificó y procedió a investigar al presunto autor de un delito de incendio forestal. Las diligencias han sido puestas a disposición del Juzgado de Zamora, que es el que debe valorar las responsabilidades que se puedan derivar de estos hechos.

Este fuego se extendió por una zona conocida en Fermoselle como el pago de la Fuente de María Abril, a solamente algunos metros del Paseo de la Ronda. Por si esto fuera poco las llamas avanzaban en dirección al pueblo, por lo que muchos vecinos colaboraron en su extinción con todo lo que podían, gracias al aviso de la “campana torera” del ayuntamiento. La llegada de dos helicópteros de extinción de incendios procedentes de Guadramiro (Salamanca) y de Villaralbo terminaron por sofocar las llamas antes de que se viera afectado algún inmueble, aunque varias casas, una bodega y una nave llegaron a ver el fuego a muy pocos metros de sus paredes.

Varias fincas y huertos sí ardieron antes de que se pudiera apagar el incendio. Algunas de las parcelas solo contenían maleza, pero otras estaban cultivadas.