La provincia de Zamora cuenta con polígonos industriales que fueron proyectados como iniciativas de desarrollo para municipios que aspiraban con estas urbanizaciones a imprimir un impulso rompedor. Se acometieron con la versión oficial de que existían empresas interesadas en instalarse en los terrenos y, por lo general, no una o dos sociedades, sino una decena o más. La realidad demuestra que fue una venta del oso antes de cazarlo o un puro engaño con un gran movimiento de dinero por medio. Tábara, Bermillo de Sayago, Torregamones y Alcañices son municipios que apostaron por disponer de un polígono industrial con gran verbo y promesa política, y que han terminado por ser espacios urbanizados perdidos, robados o tomados por las zarzas.

Polígono industria de Tábara invadido por la vegetación. José Luis Fernández

Gracias a la ubicación del Parque de Bomberos, el polígono industrial de Bermillo “El Genjagal” es un área que amortiguó un poco la imagen de una urbanización que permanece en el vacío. El resto es una explanada pavimentada e iluminada para nadie. 152.246 metros cuadrados, con más de 25.000 de zonas verdes, con 16 parcelas con superficies que van desde los 998,27 hasta los 2.252,31 metros cuadrados, con otras dieciséis zonas que van desde los 1.706 a los 20.035, 86 metros cuadrados y casi 17.000 metros cuadrados destinados a viales yacen a la espera de interesados. Una treintena de empresas que se dijo estaban dispuestas se esfumaron.

El polígono industrial de Torregamones despertó todas las ilusiones desde principios de la década de 1990 y nunca han dejado de albergar los sucesivos gobiernos su puesta a punto. Casi 70.000 metros cuadrados de terrenos, situados a la vera de la carretera llamada internacional -que une Ricobayo con Miranda do Douro- contó con la aprobación de la Comisión de Urbanismo de la Junta de Castilla y León, fue visitado por técnicos y reconvertido en área comercial con la convicción de que podía ser una especie de Miranda do Douro dos. Con Gestión Urbanística de Castilla y León (Gesturcal) al corriente del suelo, tras casi tres décadas, hoy el alcalde del municipio Julio Pascual está reclamando con persistencia que se haga una simple calle de acceso “porque hay cuatro o cinco empresas españolas dispuestas a instalarse”. El Ayuntamiento destinó 40.000 euros en hacer una entrada. El regidor señala que una de las empresas se gastó 20.000 euros en la redacción del proyecto. Como en Bermillo de Sayago, “los terrenos ahí están”, en este caso con una gasolinera desmantelada que es como el escaparate del territorio de los sueños.

Terrenos que se pretenden urbanizar en Torregamones. L. O. Z.

Tábara no ha querido ser menos y también apostó por dotar al municipio de un polígono industrial con la promesa de que existían empresas interesadas en situarse en un punto que, como el resto, goza de un puesto próximo a importantes vías de comunicación. En este caso a la N-631 y, por Faramontanos, con la N-630. Hecha la inversión y la urbanización las empresas resultan un espejismo, y pasan los años sin que nada ni nadie ponga un ladrillo en parcela alguna. En este lugar los cacos sacaron tajada al robar el cableado. Hoy es un lugar pavimentado donde crecen a placer las zarzas y un colchón sobre el suelo parece revelar que alguien ha dormido en un vial. Ahí está el polígono, para detener el vehículo “y llamar por teléfono”. Son 55.602,40 metros cuadrados, de los que 36.321,84 están destinados a parcelas para dar vuelo a las industrias que, a la hora de la verdad, se esfumaron.

Las zarzas invaden el polígono de Tábara. J. L. Rodríguez

Alcañices es otro municipio que halló la veta del desarrollo industrial, y en consecuencia laboral y económico, en un suelo proclive al asentamiento de todo tipo de empresas que, como en el resto, también aguardaban la urbanización para levantar naves y rótulos. Emplazado, como Torregamones, en un enclave rayano a Portugal, las posibilidades se multiplicaban. Hecha la inversión, “no ha arrancado” tras más de trece años de gestos políticos y, como los demás, es un espacio fantasma que pisan, entre otras aves, las lavanderas. Más de medio millón de euros de fondos Europeos y de la Diputación de Zamora invertidos y señalados con grandes carteles que evidencian el alegre manejo del dinero público.

Superficie urbanizada en Alcañices para asentamiento de empresas en un polígono. Chany Sebastián