A las tres de la mañana los sanitarios del Hospital Virgen de la Concha velan el sueño de los enfermos y la inmensa mayoría de los zamoranos duermen. La ganadera sanabresa Charo García Barrigón está despierta y en plena faena laboral, en su nave de Villarino de Sanabria a 120 kilómetros de la capital.

A estas horas intempestivas de la madrugada para la mayor parte de los gremios laborales y dentro de lo normal para la ganadería, se prepara un cargamento muy especial en la explotación de esta mujer con destino al personal sanitario del SACYL en la capital. De su nave embarcan 40 corderos, la materia prima para 480 raciones de carne de lechazo de la mayor calidad donadas a los trabajadores de la sanidad pública, en plena crisis de la pandemia provocada por el coronavirus.

Esta donación forma parte del proyecto "Alimentos Solidarios" promovido por la Federación de Mujeres Rurales (FAEMUR) y Red Eléctrica en colaboración con la organización agraria Unión de Pequeños Agricultores (UPA) y el primero que se realiza en la provincia.

Nodrizas y crías ovinas de raza castellana negra corren por la nave mientras esta veterana ganadera selecciona los ejemplares. Hay que separar a las madres y correr detrás de cuarenta lechazos, uno por cada día confinamiento. Una casualidad. La media del peso de cada ejemplar es de unos 11 kilos por cordero que solo se ha alimentado de la leche materna, en un rebaño de pastoreo extensivo. El nuncio alimento que conocen es la leche materna.

La crisis de precios de este producto golpea a un sector que da a toda la sociedad de comer, enfermos y sanos. Y ahora con la paralización de la comercialización por las crisis del COVID 19 la situación ha empeorado.

Para Charo García es "una buena ayuda" que el proyecto "Alimentos Solidarios" promueva la compra de animales de una gran calidad ante el descenso de la demanda y la venta a precios muy bajos. Una situación que, como reconoce la ganadera "está afectando a todos, a corderos, a cabritos a terneras". Paradójicamente "nadie quiere corderos pero se los están comprando y llevando a precios muy bajos. No ganas nada". Esta campaña pone de relieve además la necesidad de consumir productos de proximidad de primera calidad. Nada de procesados ni congelados.

Casi a las tres y media de la madrugada, Charo embarca con su remolque de ganado vivo para el matadero de Coreses, donde se procederá a sacrificar los animales, que también se realiza de manera altruista. Cuando esta mujer vuelva a su casa de Villarino, será la hora de desayunar para enfermos y cuidadores, y para la mayor parte de los ciudadanos confinados en sus pisos de Zamora.