La Mesa del Lobo, creada con representantes de todos los sectores sociales implicados en la gestión del predador, y que conforme a la orden que regula su funcionamiento debiera reunirse al menos una vez todos los años, lleva desde el año 2018 sin hacerlo.

Es "un órgano de participación" que nació con gran ilusión el 2 de junio de 2017 al involucrar en la gestión del cánido a todos los sectores sociales, con criterios de control y conservación de la especie dispares y encontrados.

A pesar de su reciente creación ya incumple sus preceptos, y eso que ha sido una etapa marcada por litigios judiciales, sentencias y circunstancias del aprovechamiento cinegético y de control dadas al debate y a la consideración.

Lo mismo ocurre con el Comité Científico, creado en la misma orden, y con la función de asesorar a la Consejería de Fomento y Medio Ambiente en las actuaciones de gestión y conservación del lobo.

"Por el tema del gasto no es, porque no se nos paga un euro. Estamos porque nos interesa que exista una buena gestión del lobo" expresa el representante de Aherca, Miguel Ángel Garijo, que representa al sector de las empresas del ecoturismo.

La Mesa del Lobo de Castilla y León se define como un órgano "de intercambio de experiencias" de todos los sectores sociales implicados en la adecuada gestión y conservación de la especie. Su creación fue calificada de "idea fabulosa y muy positiva" por el hecho de que abría la gestión del controvertido predador al debate social, con participación de representantes de la diferentes departamentos de la Consejería de Medio Ambiente, de las organizaciones agrarias, de la Federación de Caza de Castilla y León, de los conservacionistas y de las empresas del turismo de la naturaleza.

La Mesa del lobo, cuya finalidad "es asesorar a la Consejería en las actuaciones de gestión y conservación del lobo, así como de informar la revisión general y las revisiones extraordinarias" del Plan sobre la especie aprobado en mayo de 2016, dejó pasar en blanco un año 2019 rico en autos y sentencias, con ataques y daños a la ganadería, con modificaciones normativas de caza, con aprovechamientos suspendidos y también aprobados para la campaña 2019-20, con el manejo de censos de población en permanente revisión. Por todas estas circunstancias hay quien considera que también cabía la posibilidad de haberse reunido "por la extraordinario" de todo lo que estaba sucediendo, que es otra motivación apuntada para convocar el organismo. "La Mesa del Lobo de Castilla y León podrá reunirse con carácter extraordinario a iniciativa de su presidente -consejero- o a petición justificada de, al menos, la mitad de sus miembros" recoge el artículo de las funciones. Nada, sin embargo, movió a sentarse a las diferentes partes para tratar de exponer sus posiciones y buscar una posible solución.

El representante de la Organización Agraria COAG, José Manuel Soto, no echa de menos la Mesa porque, según afirma, "las posiciones están definidas y son claras: unos no quieren que se cace y otros defienden el control del lobo. Son dos posturas encontradas y tiene que ser la Justicia y la Política quien resuelva". Para COAG, en estos momentos, con la situación de la pandemia que pesa sobre la sociedad en su conjunto, "hay que priorizar" y centrarse en otras cuestiones.

Para mayor facilidad de llevar adelante las reuniones, también se especifica que tanto la Mesa del Lobo de Castilla y León como el Comité Científico "utilizarán preferentemente medios electrónicos para su funcionamiento. A tales efectos, podrán constituirse y adoptar acuerdos utilizando medios electrónicos, en la medida en que las posibilidades tecnológicas lo permitan". Pero tampoco las nuevas tecnologías, hoy día generalizada, han posibilitado hasta ahora el foro de debate y puesta al día.