Impensable imaginar hace apenas una semana que las sabanas del ajuar de boda de los padres y abuelos, guardadas como un hermoso legado familiar, fueran a cumplir hoy una función vital para protegernos del gran enemigo invisible que nos acecha. La expansión del coronavirus, que tantas vidas se está llevando, también ha provocado una reacción social desde muchos rincones del país. Villaescusa, en la comarca de La Guareña, es uno de los ejemplos de la cadena solidaria creada por un puñado de vecinas confeccionando mascarillas desde casa para cubrir necesidades en hospitales, residencias, centros de salud o cárceles.

Ayer salía el primer pedido de las 135 mascarillas elaboradas en 24 horas y el proyecto se propaga como una cadena de favores que ya empieza a brotar en los cercanos pueblos de Cañizal, Fuentelapeña o Villamor de los Escuderos. Una semilla plantada en La Guareña y abierta a todas las personas que quieran colaborar o solicitar mascarillas. Solo hay que contactar con el correo electrónico info@villaescusa.net o en el Facebook del Ayuntamiento de Villaescusa.

Todo comenzó el pasado fin de semana, cuando una hija del pueblo residente en Madrid les habló del proyecto lanzado por "Costureras solidarias" que confecciona mascarillas para cubrir el grave déficit que tienen los centros donde los profesionales están muy expuestos y es necesario este material para protegerse del contagio del coronavirus. Noemi González y Noelia González, concejalas en el Ayuntamiento de Villaescusa, se pusieron manos a la obra con el apoyo del alcalde, Carlos Prieto. Fue lanzar el mensaje en el pueblo e inmediatamente salieron voluntarias para elaborar las mascarillas. Las telas de las sábanas antiguas, "las blancas de toda la vida", cien por cien algodón, son perfectas y se guardan en muchas casas. "Costureras Solidarias" mandó el patrón y lo demás es "cortar y coser".

"En 24 horas hemos sacado 135 mascarillas" cuenta Noelia González. Material que se metió en cajas y ayer mismo salían los primeros pedidos. "Nuestro ámbito es lo más cercano pero vamos a intentar cubrir las necesidades que surjan porque no paramos" precisa la teniente de alcalde. "Estamos muy orgullosas de la respuesta vecinal y que en un pueblo de 250 habitantes estemos aportando nuestro granito de arena. Estamos felices porque la cadena funciona; unas cortan y otras cosen, otras lo hacen todo". A medida que sale material, contactan con una empresa de transportes que se encarga de la distribución.

Y esa así como Villaescusa se suma a las muchas muestras de solidaridad que surgen desde todo el país para aliviar la precariedad de material con el que se ven obligados a trabajar muchos profesionales, especialmente sanitarios o de servicios sociales. El momento lo merece y en Villaescusa están a la altura.