Villarino Tras la Sierra, un acogedor pueblo alistano, perteneciente al municipio de Trabazos, dio ayer vida a la mascarada de invierno de los "Zamarrones", los "Caballicos" y el "Pajarico", coincidiendo con la festividad de San Esteban Protomártir.

Vecinos, emigrantes y forasteros de España y Portugal, hombres y mujeres de toda edad preservaron una tradición que tiene como bandera cultivar la hermandad y la convivencia entre los buenos de deseos y las convidadas familiares a cuantos en la tarde del día 26 de diciembre llegaron a la puerta de casa.

Los adolescentes Andrés Alvarez Ratón, de 15 años, y Daniel Río Díez, de 14 ,fueron los encargados dar vida a los dos Zamarrones ataviados con sus trajes de pana parda portuguesa, careta de corcha, "cayata" de negrillo y piel de oveja machorra cubriendo la cabeza y la espalda.

Los dos Caballicos fueron representados por el veterano en estas lides José Manuel Olivera De la Vega, de 32 años, y Lara Manías Lozano de 15. Este año se estrenaron los armazones de los caballos: cabeza (careta) y cuerpo (palo), del que va prendido el trapo que, a modo de rabo, va rozando el suelo, embadurnándose de agua, tierra y barro para castigar a los presentes.

El "Pajarico" fue este año Rubén Bermúdez Peña, un joven que comparte orígenes en Villarino tras la Sierra (madre) y Trabazos (padre), muy implicado con las tradiciones . Valga como ejemplo que en la tarde de Navidad fue el mozo encargado de portar el "Ramo de Pascua" en la iglesia de San Pelayo Mártir de Trabazos, y ayer fue Pajarico en Villarino portando la "Vara de Fresno", de la cual colgaba un chorizo de la matanza y un pardal (gorrión), junto a la "fardela" para guardar las cuestaciones para la mascarada. El Pajarico vistió la ancestral Capa Parda Alistana de Honras y Respeto, hecha de paños pardos de oveja "Castellana Negra", una especie cuyo paraíso fue y es Aliste, hoy en peligro de extinción.

El Pajarico antaño era el último niño que había dado el salto, en el año, a mozo. Por desgracia no nacen niños y en 2019 ningún adolescente pasó a la mocedad.

Julio Rivas Díez, como mayordomo de la iglesia portó la "Vara Sagrada" y fue el encargado de recoger las limosnas para el santo. Antaño cada año era un mayordomo, a la "roda", siguiendo el turno de casamientos. Últimamente hay pocas bodas y Julio lleva ya tres años en el cargo, que acarrea la limpieza y decoro de la iglesia y tocar las campanas a fiesta, misa o funeral.

La iglesia parroquial dedicada a la "Purificación de Nuestra Señora" (Virgen de las Candelas) acogió la misa grande en honor a San Esteban Protomártir. Tras los rezos, plegarias y gracias, los feligreses y feligresas regresaron a sus casas para compartir la comida familiar. A las 15 horas las campanas repicaron a Gloria y Fiesta llamando a propios y "extraños" a la cita de siglos para perpetuar la tradición.

La salida se inicio en una parte del pueblo (llegada de Santa Sana y Alcañices), más concretamente en la casa de Prudencio Díez Fernández, para continuar casa por casa hasta terminar en la otra punta (junto a la iglesia). Cada familia cumplió con la convidada a quienes llegaban a visitarle y desearle Felices Pascuas y Prospero Año Nuevo: dulces y licores, castañas y entremozos, cacahuetes e higos pasos, aguardiente y anís, almendras y avellanas, cada uno lo que tenía, ofrecido con el corazón y un deseo unánime: Salud". Se culminó en casa de los Álvarez Fernández y se procedió al recuento de las limosnas para San Esteban (iglesia) y para el Pajarico (mascarada) con todos de testigos.