"Diego Baladrón Ferreras, secretario de este Ayuntamiento, certifico: que el número de habitantes empadronados en este municipio es de 3.083 habitantes". Con orgullo del trabajo bien hecho, el Ayuntamiento de Morales del Vino informaba a todos sus vecinos de que habían superado la barrera de los 3.000 habitantes como ayuntamiento. Dos realidades muy distintas con Morales del Vino con más de 3.000 habitantes y Pontejos con unos 70. Las dos caras de la moneda de la despoblación en el mismo consistorio que se enfrenta por un lado al duro trabajo de intentar mantener vivo Pontejos y a la vez a la tarea de seguir creciendo en Morales del Vino hasta asentarse como una localidad importante y autosuficiente.

El ayuntamiento de Tierra del Vino se ha duplicado en los últimos 20 años, llegando Morales del Vino a crecer hasta casi el triple de lo que era en los años 90 del siglo XX. No fue hasta principios del nuevo siglo cuando la localidad de Morales superó los 1.500 habitantes mientras Pontejos reducía poco a poco su población y se situaba en torno a las 150 personas censadas.

Parecía que la barrera de los 3.000 habitantes nunca sería superada por la localidad cercana a la capital ya que desde el año 2009 coqueteaba por encima de los 2.500 pero sin alcanzar nunca los 3.000. La nueva corporación municipal, encabezada por Carmen Lorenzo ha celebrado este hito que les permite ofrecer mayores servicios a sus convecinos.

En 1970, según el padrón del Instituto Nacional de Estadística, Morales contaba con 918 vecinos y no era uno de los 60 municipios más grandes de la provincia e incluso vivía a la sombra de muchas localidades que se encontraban en sus fronteras. Mientras otros pueblos de la provincia de Zamora iban bajando en el número de habitantes, Morales comenzó a vivir un "boom" con la construcción de nueva vivienda y el éxodo de muchos vecinos de la capital hacia los pueblos más cercanos donde podían tener una mayor calidad de vida y además gozar de una vivienda que podían disfrutar durante el verano.

Fue ya a principios de los años 2.000 cuando el padrón de Morales vivió subidas anuales de más de 100 personas que le llevaron a ser el cuarto municipio zamorano. Concretamente en el padrón municipal del 2003 cuando superaron a Fuentesaúco que hasta entonces seguía siendo el cuarto pueblo más grande de Zamora. Tres años antes, en el año 2000, a Morales todavía le superaban, además de Fuentesaúco, Fermoselle, Puebla de Sanabria y Villalpando.

Los hosteleros de la localidad, cada vez más numerosos, notan el incremento de población de la última década pero no tanto como deberían ya que Morales del Vino sigue siendo, en gran medida, una ciudad dormitorio donde mucha gente sigue haciendo vida en Zamora y yendo a dormir a la localidad. "Es verdad que hay mucha gente que viene a dormir y luego su vida la hace en Zamora. Su trabajo, sus niños e incluso el médico lo tienen en Zamora y nosotros lo que queremos es que esa gente se incorpore al pueblo, que se empadrone, que para eso está el ayuntamiento. Para eso estamos, para que a la gente no le falten ese tipo de actividades, para que la gente encuentre un motivo para quedarse en Morales y para vivir en Morales" señala la alcaldesa del municipio de Tierra del Vino.

Uno de los indicativos del crecimiento de Morales es el crecimiento que ha traído aparejado de negocios hosteleros que han creado una oferta de ocio interesante. "Existe mayor competencia pero también ha aumentado la demanda y el tipo de público al que dirigirse lo que ha llevado al aumento de negocios. Todavía queda mucho camino para fidelizar a la clientela pero vamos por buen camino" señala el dueño de uno de los bares de Morales.

Es este uno de los principales objetivos de la nueva corporación que tiene a dos concejales muy implicados en la confección de una oferta cultural y de ocio para todas las edades y especialmente para aquellas en las que es más difícil asentar a la población en el municipio de Tierra del Vino. Programas de ocio para mayores y para adolescentes centran los esfuerzos de dos nichos de población que, por motivos distintos, pueden encontrar en Zamora lo que no les da la localidad de Tierra del Vino.

Además, desde el Ayuntamiento de Morales del Vino creen que el crecimiento todavía no ha tocado techo ya que son muchos los moralinos que viven en una de las viviendas del municipio pero están empadronados en otros lugares. Desde la nueva corporación municipal se está trabajando en una oferta cultural y lúdica que anime a nuevos vecinos a asentarse y, lo que es más importante, a hacer vida en la localidad y no sólo a dormir allí. "Esperamos que podamos seguir creciendo. No nos parece que la gente ahora se haya empadronado sin ton ni son, yo creo que la gente empieza a confiar en que esto va a ir a mejor y le ofrecemos ese puntito de confianza y la gente se vuelve a empadronar" confiesan los miembros del equipo de Gobierno moralino.

Carmen Lorenzo afronta desde mayo el reto de una alcaldía que en la última década ha tenido inestabilidad "que había alejado a los moralinos del municipio". Junto a ella, José María Barrios, Francisco Javier Gutiérrez, Rubén García y Juan Manuel Pedrón completan el equipo de Gobierno del Partido Popular que pactó con la edil de Ciudadanos. Raquel Carrascal es la sexta pata de este gobierno en el que hay "muy buen sintonía".

"Nosotros estamos muy contentos. Es verdad que hemos notado que venía la gente a empadronarse en los últimos días y eso nos motivaba mucho. Creo que la situación política del Ayuntamiento se esté tranquilizando después de cuatro años le da a la gente cierta confianza para empadronarse e incluso para traer a sus niños al cole, que también ha crecido" señala Carmen Lorenzo sobre el crecimiento del pueblo y la "estabilidad" que han alcanzado en el consistorio.

La falta de servicios, que es una de las reivindicaciones históricas del habitante del medio rural, no es un gran problema en Morales aunque son muchos los padres y madres que reivindican un servicio de pediatría en el municipio: "Tenemos muchos servicios. Una cosa que si nos gustaría es tener un pediatra, ya que actualmente tienen que ir a Zamora. Eso lo hemos mirado en más de una ocasión pero estamos muy cerca de Zamora y a nosotros no nos conceden un pediatra. En general el resto de servicios los damos. Es verdad que en este momento la situación económica del ayuntamiento es mala y no podemos hacer más pero ahora toca un poco de austeridad y poco a poco volver a la normalidad y ofrecer aún más servicios que los básicos que ofrecemos hoy en día" señalan desde el consistorio.

Internet, que es otro de los muros que separan en este momento a las grandes capitales de los pueblos, es también un caballo de batalla para los moralinos: "Hemos tenido una reunión para la fibra ya que nosotros teníamos la idea de que teníamos fibra en todo el municipio, pero se ve que no. El anterior equipo de Gobierno lo vendió como que Morales tenía fibra en todos los lugares, pero no. Hemos estado mirando poner wifi en alguna zona del pueblo como el frontón o la iglesia ya que son zonas de reunión que estarían muy bien para los jóvenes y es otro de nuestros objetivos".

El fomento del deporte, con una gran variedad de clubes que trabajan en el propio municipio, y el incremento de las actividades extraescolares desde la ampa de un colegio con más de 300 alumnos han sido también un pilar que ha permitido asentar a muchas familias que han dejado de pernoctar en Morales para pasar a hacer toda su vida en el municipio.