Chany Sebastián

La XXI Exposición Monográfica y Venta de Animales de la Raza Autóctona Zamorano Leonesa, declarada en Peligro de Extinción, reivindicó ayer en San Vitero el derecho a la supervivencia en su tierra de origen de la pura sangre, en la Raya de España y Portugal, la cual atesora un patrimonio genético único e irremplazable que entre todos debemos preservar para las generaciones venideras.

Una especie, reconocían ayer los propios ganaderos y ganaderas alistanas, que "ha formado parte de la historia de nuestros pueblos y de sus gentes. Por suerte antes y, quizás por desgracia ahora, nuestro futuro esta unido en unos tiempos difíciles donde el éxodo humano nos lleva a la despoblación rural y al paso que vamos algunos pueblos desaparecerán y arrastrarán a las burras de zamorano leonesa".

El presente lo sentencia: antaño en cada familia había al menos dos parejas de vacuno y una nodriza de asnal: hoy en muchos pueblos ya no queda ni una sola vaca o burra. Niños, jóvenes y mayores pudieron disfrutar en San Vitero de los mejores ejemplares, garañones (sementales), burras y buchas de Zamorano-Leonesa, en el Concurso Morfológico Nacional. Los premiados fueron: Mejor Burra con Rastra (Madre e Hija) "Luque" y "Ruge" de Jesús García Alonso de Paradinas de San Juan (Salamanca), Mejor Burra Joven "Perla" de la Diputación de Zamora (Madridanos) y Mejor Garañón "Tinto" de Aszal (Centro de Santa Croya de Tera).

Este año no hubo subasta de buches. Durante 19 años fue un éxito, en 2018 no se vendió ninguno, nadie pujó por ellos, y en 2019 se echó en falta la presencia de los buches y compradores mediante pujas. La compraventa se realizo "al trato", como se hacia antes, con buchos y buchas de pura sangre inscritos en el Libro Genealógico de la Raza. Los precios, a la baja, no se acercan ni de lejos a las barbaridades que se pagaron hace años por un ganadero de Austria.

Como alternativa se organizó una pasarela del asno zamorano-leonés y una demostración de adiestramiento y habilidades que cautivaron a los presentes.

Desde la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Selecto de Raza Zamorano-Leonesa (Aszal), se reconoce que "el momento en que se encuentra la raza en cuanto a jóvenes ganaderos y por número de reproductores en edad fértil es el mejor. Pero también el riesgo de perdida de animales es muy elevado, más que nunca. La situación es completamente nueva y no se parece en nada a lo ocurrido hace veinte años de la existencia de Aszal". En la tabla de seguimiento del programa de conservación en 206 había 1.007 ganaderos (678 socios de Aszal y 329 no asociados). En 2018 a solamente 545: de ellos 233 socios, 205 no socios y 137 colaboradores.

Los nacimientos de pura sangre de la raza autóctona zamorano-leonesa se sitúan a la baja y a lo largo del pasado 2018 se inscribieron en el Libro Genealógico solamente 69 buches, de los cuales 29 fueron hembras y 40 machos. Como no podía ser de otra forma la provincia de Zamora lideró los nacimientos con 49 reses: 30 buchos y 19 buchas.

En lo referente a los grupos reproductivos la zamorano-leonesa mantiene como única parada tradicional la del garañón "Tristán", propiedad de Consuelo Gabella, en Domez de Alba, que presta sus servicios también a las localidades de Gallegos del Río y Vegalatrave. Se mantienen sementales, algunos de ellos del proyecto "garañón", en ganaderías particulares de Villardondiego, La Bóveda de Toro, Madridanos, San Marcial, Andavías, Cuelgamures, Ferreras d Abajo, Venialbo y Alfaraz.

El Ejercito de Tierra posee varios sementales de zamorano-leonesa: "Fuerte" y "Zúcaro" en Avila y "Bucaro" en Ibio (Cantabria) y la Diputación dispone de "Viriato" en su finca de Madridanos.