Lucía, Ismael y Nico son los quintos 2018-2019 en Castronuevo de los Arcos, la generación nacida en el cambio de milenio (año 2000) y que ahora permite mantener con vida una de las tradiciones más alegres y con más arraigo en este pueblo del Valderaduey. Una fiesta que surgió como excusa para el esparcimiento de los jóvenes varones antes de partir a cumplir con el servicio militar obligatorio, que después pasó a celebrarse por chicos y chicas y que ahora corre serio peligro de desaparición por una cuestión demográfica: en los últimos años no han nacido niños en Castronuevo.

Pero este año sí que había quintada, aunque fuera pequeña, y los tres jóvenes se lo han pasado en grande celebrando su mayoría de edad, tanto la pasada primavera cuando plantaron el mayo como en las fechas próximas al Día de Reyes.

Ya en la noche del 3 de enero Nico, Ismael y Lucía consiguieron emocionar a sus familias con una proyección de fotos de su infancia, antes de comenzar la primera de las noches de movida en Castronuevo. Tanto el 3, como el 4 y el 5 de enero se contó con diferentes discotecas móviles, y al terminar los quintos se esforzaron en despertar a los vecinos casa por casa, como se lleva haciendo cada noche de Reyes desde hace muchas generaciones.

Igualmente, ayudaron a organizar la cabalgata que recibió a sus majestades los Reyes Magos de Oriente, que los quintos pudieron conocer personalmente, y a la mañana siguiente los tres jóvenes cambiaron de autendo, enfundándose la capa castellana, para pedir el aguinaldo por las calles. En esta ocasión acompañados de una charanga.

Además, el 3 de enero la gente de Castronuevo pudo disfrutar de un pequeño adelanto del documental "Tres generaciones (Los quintos, una raza en extinción)" sobre el pasado, presente y futuro de esta tradición local. Un audiovisual creado por un grupo de jóvenes bajo la dirección de Alicia González, titulada en Imagen y Sonido, y estará listo dentro de algunos meses.

El documental recoge los orígenes de esta tradición y los testimonios de diferentes generaciones de quintos, las de ahora mucho más pequeñas que las de sus padres y abuelos. Además, se plantea el futuro de la fiesta ante el reto de la despoblación y el envejecimiento que no solo afecta a Castronuevo, sino a toda la provincia de Zamora.

No son pocas las localidades donde la falta de jóvenes hace que la fiesta de los quintos se celebre de forma intermitente, cada dos años, y otras en las que son "cincuentones" lo que se hacen cargo de tradiciones como correr las cintas. Pronto, en muchos lugares se olvidará esta costumbre. Pero Castronuevo pretende resistir.