Numerosos pueblos del Arciprestazgo de Aliste celebraron el pasado fin de semana sus fiestas en honor a Nuestra Señora la Virgen del Rosario, una de las celebraciones con más arraigo en el mundo rural con la llegada del otoño. Otros tendrán que esperar al próximo fin de semana dada la escasez de sacerdotes en esta tierra.

La parroquia de San Pedro Apóstol de Gallegos del Río vivio una de las celebraciones más tradicionales donde los vecinos mantienen la ofrenda y el sorteo del ramo elaborado con abundantes y sabrosas rosquillas caseras, portado este año por Marisol. La Virgen del Rosario de Gallegos procesionó por segundo año consecutivo solo con su velo blanco y sin su antigua corona de oro, la cual fue robada el día 29 de abril de 2016. Cura y feligreses esperan que para 2019 ya vuelva a tener corona.

En Valer la misa y la procesión tenían lugar el sábado. En la Unidad de Acción Pastoral de Alcañices celebró la Virgen del Rosario la parroquia de Santa Colomba de Alcorcillo cantándose, al final de la procesión, la salve. El arcipreste Fernando Lorenzo Martín ofició las tres. Al finalizar hubo una convidada popular para todos de chocolate con bizcochos y pastas.