La preservación del ecosistema y de las setas pasa por las buenas prácticas en la recolección. Para empezar, cada recolector está obligado a portar un documento acreditativo de su identidad personal ya sea el DNI o el Carnet de Conducir. Así como permiso de recolección si está en acotados o reservados.

El transporte de las setas habrá de hacerse dentro de los montes utilizando siempre cestas de mimbre, paja o paja que permitan la dispersión de las esporas. Queda terminantemente prohibido el uso de cubos de plástico que no permitan la aireación.

El recolector ha de salir al campo sabiendo que existen prácticas prohibidas como recolectar durante la noche o remover el suelo o la capa de mantillo ya sea a mano o mediante la utilización de herramientas. Prohibido queda el uso de hoces, azadas, escardillos, rastrillos o herramientas similares.

Las únicas herramientas de corte que puede utilizar el recolector serán los cuchillos, tijeras o navajas, siempre que su tamaño de hoja sea inferior a 11 centímetros. Lo que se deja claro es que el terreno debe de quedar siempre en las condiciones originales.

En cuanto a los tamaños mínimos de las setas silvestres, con carácter general se establecen los 4 centímetros de diámetro del sombrero. Hay excepciones como en las setas de sombrero alargado como, las Colmenillas (Morchela) o "Barbudas" (Coprinus) con 4 centímetros de altura. El "Parasol" (Macrolepiota procera) solo se podrá recolectar con el sombrero extendido. La "Amanita caesarea" esta prohibido recolectarla en forma de huevo.

La recolección debe ser compatible con otros usos de los montes, aunque no estará permitida cuan se desarrollen en ellos trabajos forestales con maquinaria o haya cacerías colectivas autorizadas.