Pinilla de Fermoselle, enclavado en el pleno Parque Natural de Arribes del Duero y en un espacio distinguido además como Reserva de la Biosfera, sufrió el impacto del incendio forestal de agosto del pasado año con una contundencia más que agresiva, en cuanto a arbolado de gran valor y de gran entidad, como las encinas, que ha obligado a intervenir de forma urgente para reparar daños y recomponer el ecosistema.

El pinillés Abel Bartolomé viene a sumarse a las actuaciones de restauración llevadas a cabo por el Ministerio de Agricultura y la Junta de Castilla y León y, bajo el título "Planta un Quercus", está llevando adelante una repoblación de encinas, alcornoques y madroños en fincas calcinadas por las llamas. Bartolomé explica que "empleamos el sistema de apadrinamiento, geo localizando cada árbol y tratándolo de forma individual". Aunque precisa que es una fórmula "nada nueva ni nada original, si es novedosa en nuestra tierra".

En estos momentos lleva plantados 104 árboles y el objetivo es terminar en otoño, cuando se reinicie la época de reforestación, con 300 árboles. La intención es añadir una especie más: el enebro, que considera que presenta mayores dificultades que otras plantas.

"Todo empezó como un pequeño acto simbólico de un grupo de amigos y familiares plantando diez nuevas encinas, pero se extendió la voz y a fecha de hoy aquella acción puntual se ha convertido en una Asociación de carácter medio ambiental y sin ánimo de lucro, Planta un Quercus" expresa Abel Bartolomé.

Subraya que en "Planta un Quercus nos hemos centrado única y exclusivamente en la reforestación con especies arbóreas endémicas y que nadie quiere plantar por su nula rentabilidad económica y lento crecimiento, aunque estos árboles son la base de nuestro actual paisaje y fundamentales para el ecosistema de los Arribes del Duero".

Bartolomé destaca el apadrinamiento de un árbol atrae a personas a quienes les hace "ilusión" este gesto en favor de la naturaleza, y al que también se suman algunas empresas, cuyos logotipos son luego integrados en la publicidad. Todos ellos tienen la posibilidad de conocer a través de fotografías y de geolocalización el desarrollo, y podrán visitarlo en el caso de que en alguna ocasión elijan el Parque de Arribes como un destino de visita turística. Así como las empresas suelen poner al árbol el nombre de la misma, las personas optar por bautizarlo con el nombre de hijos o el propio.

El objetivo es ir reforestando con especies endémica fincas abandonadas, especialmente ubicadas en el camino que va de Pinilla hacia Fermoselle. Para dar una mayor garantía al arraigo y futuro a los ejemplares Planta un Quercus se encargará de proceder a la roturación y al arado del entorno para evitar el crecimiento de plantas como las escobas y las jaras que pueden perjudicar el desarrollo. Incluso si el jabalí u otra circunstancia destroza el plantón lo repondrá. "El patrocinio son diez euros por planta, y es como tener un árbol para toda la vida" expresa Abel Bartolomé, que hace referencia a que no afecta para nada a la propiedad de la finca porque el titular sigue siendo el propio dueño del terreno. El árbol quedará, como todos los demás, sujeto a la normativa que rige en el espacio protegido para el resto de árboles. Abel Bartolomé está abierto a colocar árboles en todos aquellos vecinos que lo permitan en sus fincas.

Pinilla de Fermoselle quedó afectado en un 80%, según algunas fuentes, por el incendio que arrancó en Fermoselle y, con sorpresa de no pocos, se adentró en suelo de Pinilla casi diez horas después del inicio. Lo hizo de un modo virulento y dejando un paisaje impresionante, que hoy trata de naturalizarse. La lluvia ha traído su verdor, pero es necesaria la mano del hombre.