Las yeguadas han vuelto a tomar la sierra de Porto de Sanabria para aprovechar los pastos de verano a sus anchas. El paso de un centenar de yeguas desde Asturianos de Sanabria por el cordel sanabrés hasta los pastos de Puente Porto se repite puntualmente todos los años bien avanzada la primavera. Es la trashumancia interior que recorren los ganados caballar y vacuno desde los pueblos más bajos, en la cuenca del río Tera, hasta el techo de la comarca sanabresa. Una mañana de domingo comienza el trayecto que discurre por pueblos como Remesal, donde los bustos hieráticos de Fernando el Católico y Felipe el Hermoso son testigo del regreso de la caballería.

Desde Asturianos el trayecto son unos 60 kilómetros que recorren a pie, en vehículo y a caballo, 5 pastores y 3 caballistas, y que representa dos días de viaje para los ganaderos de Asturianos. Durante tres generaciones y de manera interrumpida estos ganaderos recurren a los pastos y abrevaderos estacionales en el Parque Natural hasta que lleguen las primeras nieves. Unas 550 vacas de esta explotación familiar esperan desde hace días en los pastos de verano de Puente Porto y Cárdena, otras 70 en la sierra de Pías. Javier Ovelar representa la tercera generación que mantiene la tradición, una tradición de la que se siente orgulloso y en la que empezó con 5 años, camino de la sierra encima del caballo con su padre.

En el alto de la sierra se encuentran los rebaños de los pueblos del parque natural como San Martín, Vigo, Ribadelago, Villardeciervos. Las sierras de Ribadelago, San Martín, Vigo, Porto, Padornelo o Pías son el destino, entre otras, de los ganados de la comarca. A las sierras propiedad de los pueblos hay que sumar las arrendadas y administradas por la Junta de Castilla y León.

La cañada se solapa con algún tramo del Camino de Santiago, o el Camino de Santiago con algún tramo la cañada. Los peregrinos comparten el itinerario con las caballerías, o las caballerías con los excursionistas o los vecinos paseantes de los pueblos.

La vía pecuaria se solapa con la carretera, con los caminos tradicionales y con los cascos urbanos, como el de El Puente. El ruido de cascos prevalece y tiene preferencia sobre el ruido de los motores. No todo es novela pastoril. Los cuidadores del ganado afrontan tramos de la vía pecuaria sin limpiar, pasos cerrados y cruces con la carretera.

Cualquier conductor habitual de las carreteras nacionales se ha dado cuenta que las señales que indicaban la presencia de un paso de ganado han desaparecido. Javier Ovelar explica que siempre va delante alguno de los pastores o los ganaderos para hacer el cruce con seguridad. Cruzada la nacional 525, se llega a Remesal. Precisamente uno de los tramos en peor estado es la bajada de Otero de Sanabria a Triufé, el monte bajo de escobal cubre zonas del camino.

Los pastores permanecerán en la sierra cinco meses largos en una superficie de pastoreo de unas 10.000 hectáreas, "viviendo" en alternativamente en los chozos que en general están en buen estado y cuando hay algún desperfecto son los propios ganaderos y pastores o el servicio Territorial de Medio Ambiente quien se encarga de su reparación. En este sentido, Ovelar reconoce que la Guardería Medioambiental del Parque comunica cualquier desperfecto y se preocupa de que sea reparado. Los que se usan con más asiduidad son los Puente Porto y Corvaleiras.

Los pastos de la zona de Puente Porto están en estos días en su mejor estado, y esperan que con el régimen de tormentas se mantenga buena parte del verano. Pese a que no ha sido un invierno de muchas y abundantes nevadas "tiene agua y está mejor de lo que pensábamos" señala el joven ganadero. La zona de Vega de Tera está algo más seca como comentan los ganaderos que estos días andan por los pastos de montaña.

La totalidad de los animales de estas explotaciones ganaderos cumplen un estricto régimen de saneamiento ganadero que se enfrenta con el grave problema de la fauna salvaje, especialmente de los ciervos que comparten zonas de pastoreo en las zonas bajas, en los pastos de los pueblos, y que acarrean problemas sanitarios que perjudican las campañas de prevención de la cabaña ganadera.