Pescadores y clubes deportivos confían en que una nueva Ley cambie, en breve, las tornas vigentes y especies como la carpa, con una presencia distinguida en los embalses zamoranos y pieza clave de concursos de pesca, salga del catálogo de exóticas e invasoras y vuelva con toda su esencia al reino de las deportivas y recreativas. Otros aficionados a la caña tienen predilección por otra especie, igualmente apartada y que alentaba las piscifactorías y los cotos sociales, la trucha arco iris,

La situación es en estos momentos tan caótica y confusa como acuciante. "Hay personas en la UVI" porque sus negocios han ido a pique, "hay gentes tirando de ahorros" al perder la actividad, y buena parte de quienes sacan licencia y siguen con la caña en ristre no se avienen a eliminar las capturas porque no está en su conciencia matar a los seres vivos. Es decir, vulneran la Ley. Hay, no obstante, una vista gorda o un pudor para machacar con multas y sanciones. Lo pone de manifiesto la falta de denuncias; y es que hasta los responsables de vigilar las infracciones son conscientes de las circunstancias reinantes.

El sector de la pesca clama soluciones "con urgencia" al decir del integrante de Aguas Clara Carlos Terabilla.

El pasado 9 de mayo responsables de la Plataforma en defensa de la Carpa mantuvieron una reunión con responsables del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente con el fin de conseguir una solución que "dé una seguridad jurídica necesaria al sector profesional de la pesca y al sector deportivo y recreativo, tal y como la ministra Isabel García Tejerina se había comprometido" según pone el colectivo de manifiesto en su análisis del encuentro.

Satisfechos del encuentro, exponen que "con el proyecto de la nueva ley se pretende dar respuesta a la Proposición No de Ley, presentada por el Grupo Popular y apoyada por PSOE y Ciudadanos en el Parlamento, el 28 de febrero de 2017, en la que se solicitaban dar al sector de la pesca en general, una necesaria seguridad jurídica y compromiso de solución ante la situación que se ha generado con la sentencia dictada por el Tribunal Supremo". La Plataforma en Defensa de la Pesca confía en que la nueva Ley vea la luz "en las próximas semanas y que solucione el problema actual del sector y de la pesca deportiva, y que además permita a todas las CCAA adecuar sus normativas a las soluciones que proporciona esta nueva ley". Pero, por ahora, es un sueño que tiene frente así la fuerza de una Ley tan firme como la de Patrimonio y Biodiversidad.

El momento presente es tan chocante a la orilla de las presas y de ríos que todo es una contravención de la Ley porque gran número de pescadores siguen devolviendo la pesca a las aguas, porque cualquier concurso de pesca resulta utópico si debe ceñirse al logro de especies originarias, debido a que lo introducido o llegado por sus propios medios dominan el escenario y llega antes que ningún otro pez a bocado de los cebos.

En un intento de remediar de algún modo el rigor de Ley concerniente a las especies exóticas, la Junta de Castilla y León permite la posesión y el transporte temporal de ejemplares muertos hasta el lugar de su eliminación del medio natural. Advierte, no obstante, que el proceso se realice en el menor plazo posible y de acuerdo con la legislación sectorial sobre esta materia.

La fauna piscícola invasora o exótica es una realidad que gobierna múltiples escenarios fluviales zamoranos y que mantiene a los pescadores, agentes medioambientales y de la Guardia Civil sumidos en una posición de "no tocar las narices", en expresión de Terabilla, porque la normativa en vigor, de matar las capturas y no devolverlas al agua, es un comportamiento que repugna a muchos aficionados, especialmente el sector infantil, por lo que tiene de barbarie. Tildan de "ecocidio" que se les implique en el exterminio de las especies no primigenias y hacen valer el derecho a la vida de los animales para no cumplir con la normativa al respecto.

El presidente de la Asociación Zamorana para la Defensa de la Caza y la Pesca, Antonio de José, sostiene que en actual normativa "han prevalecido los informes ecologistas sin tenerse en cuenta criterios económicos, sociales y recreativos". Considera que "puede ser válida para ciertas zonas", pero entiende que es inviable que, sin más procederes, se logre una erradicación de las especies no originarias de los escenarios fluviales.

Hoy día pescar, en cualquiera de las modalidades, es un entretenimiento estresante, conflictivo y desesperanzador porque de cada cien lances solo en uno sale a flote algo digno del paladar, porque hay pescadores que ejercen la pesca sin muerte y porque, por enredos de la norma, el noventa por ciento de lo capturado es exótico y no sirve ni para comer, ni para devolver al agua ni para tirar.

Ante una realidad tan controvertida el pescador permanece a la orilla de ríos y embales expectante a lo que sale al recoger el sedal y también a lo que se acerca a pie con uniforme. Una afición que debiera ser saludable está convertida en un ejercicio de tensión anímica porque existe una sensación de infractor, tanto si recoges como si sueltas al infeliz pez que picó el cebo, el señuelo o el engaño. En ciertos embalses donde la pesca destaca como uno de los aprovechamientos complementarios, con la garantía de que el ejemplar que llevará el piercing del anzuelo en la boca será un exótico o un invasor.