El virrey Martín Enríquez llevó en el siglo XVI los ritos de la Raya hasta Nueva España

José Luis Alonso Ponga pregonó la Semana Santa de Bercianos en su primer año como Fiesta de Interés Turístico Regional de Castilla y León, es ya un alistano más y en el Congreso de Religiosidad Popular propuso que "el rito popular de la Semana Santa de los pueblos y ciudades latinoamericanas sea declarado Bien de Interés Cultural Inmaterial", como ya lo ha sido el de la Semana Santa de Bercianos de Aliste en Zamora, y apostó por "seguir promoviendo y valorando la iniciativa de pueblos y ciudades de España, Portugal y Latinoamérica que tienen las mismas aspiraciones, incluso las de los congresistas y senadores, para que la Unesco incorpore estos ritos populares en la lista de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad".

Pedro García González, sacerdote de Gredos San Diego-Buitrago de Lozoya (Madrid) llegó hace unos años a Aliste para pronunciar el sermón del Descendimiento de Bercianos y desde entonces en Semana Santa, vacaciones y fines de semana acude a la Unidad de Acción Pastoral de Valer a decir misa en los pueblos ayudando a Fernando Lorenzo. Estudioso y conocedor de la Semana Santa de Bercianos disertó sobre los "ritos y representaciones de la crucifixión de Cristo y su adaptación histórica y ecocutural".

Armando Partida Tayzan, de la Universidad Autónoma de México, habló sobre los rituales indígenas de la Semana Santa de Yaqui, Mayo y Cora. Se da la circunstancia que entre los primeros pobladores españoles llegados a aquellas tierras de América estuvieron los alistanos, misioneros y ganaderos y labradores convertidos en soldados, llegados junto al Virrey de Nueva España Enríquez de Almansa, alistano él e hijo de los primeros marqueses de Alcañices, los cuales habrían llevado al nuevo mundo parte de los ritos. El gobierno del alistano dio comienzo el día 5 de noviembre de 1568 y bajo su gestión en 1573 comenzó la construcción de la catedral de México.