Riofrío de Aliste recibe con los brazos abiertos una iniciativa que puede y debe cambiar, para bien, el desarrollo de la agricultura y ganadería al dar paso los miles de minifundios existente a unas parcelas más adecuadas a los tiempos y a las necesidades de un sector agroganadero donde la maquinaria es imprescindible.

Veintisiete años han tenido que pasar desde que un ya lejano 10 de diciembre de 1988 la mayoría de los propietarios se echaban para adelante y solicitaban a la Junta la realización de la concentración parcelaria. Seis años de incertidumbre y de espera hasta que el 18 de marzo de 1994 se formaba la Junta de Trabajo que daba paso una larga travesía del desierto, diez años, para en abril de 2004 llegar el estudio previo donde se sentenciaba "la conveniencia de llevar a cabo la concentración parcelaria en Riofrío por razón de utilidad pública". La declaración oficial de utilidad pública y urgente ocupación llegó el 20 de junio de 2006 y la memoria de las bases definitivas las culminó el Itacyl (Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León) en febrero de 2010.

La importancia de la concentración parcelaria para Riofrío la delata el que el perímetro afectado por la parcelación tenía una extensión de 2.751 hectáreas distribuidas en 23.258 fincas, la mayoría auténticos minifundios, en manos de 529 propietarios diferentes que ahora se han visto reducidas a solamente 1.664. Ello supone que cuando un propietario antes contaba con alrededor de 44 fincas de media, pasa ahora a 3,14, reconvirtiéndose los minifundios, -que solían rodar de media los 1.181 metros cuadrados-, a grandes parcelas de 16.101 metros.