La población de Torregamones y compañeros de trabajo despidieron ayer con profunda emoción los restos mortales de Juan Carlos Carrascal Barrios, de 41 años de edad y vigilante jurado de profesión, que fue hallado ahogado en la noche del pasado domingo en una piscina de Salamanca, ubicada en el barrio de Huerta Otea. El suceso había conmocionado a los habitantes nada más conocerse la tragedia y, por tal motivo, se decidió suspender hasta hoy las actividades festivas organizadas para estas fechas en la localidad de Arribes del Duero.

El funeral y el sepelio de Carrascal Barrio concentró ayer a prácticamente todos los habitantes de Torregamones pero también asistieron al entierro personas de algunos pueblos vecinos e incluso algunos conocidos que se desplazaron de otras comunidades y que quisieron ayer estar presentes en la última despedida y compartir el triste momento con los familiares. Los compañeros del cuerpo de vigilancia trasladaron el féretro desde el tanatorio hasta la iglesia, en cuyos oficios religiosos se destacaron los valores humanos de Juan Carlos. Fue un vecino el que alertó al Servicio de Emergencias 112 cuando vio, pasadas las 20.00 horas, a una persona flotando inmóvil en la piscina, de carácter comunitario. Algunos vecinos intentaron reanimarlo sin éxito y los sanitarios solo pudieron confirmar su muerte. Juan Carlos siempre bajaba a la misma hora a la piscina, cuando ya los demás se habían retirado y, parece ser, su muerte se debió a un corte de digestión o una "psicomotricidad limitada".