Emilio Riesco Riesco es ganadero por vocación y por tradición. Con 36 años y padre de dos niñas, el nuevo presidente de Aecas, la Asociación de Criadores de Raza Alistana-Sanabresa, ha seguido la estela de su padre y su abuelo, también ganaderos de Guarrate. Y aunque comenzó con una explotación de vacas de leche, contratiempos sanitarios obligaron a desmantelar la granja y comenzar de nuevo. Fue así como se introdujo en el mundo de las razas autóctonas, en concreto con 90 cabezas de alistana-sanabresa hasta llegar ahora a las 150. Solo otro ganadero, con menor volumen, y él son criadores de alistana-sanabresa en La Guareña.

-¿Por qué se decidió por la alistana-sanabresa?

-Era una raza que entonces estaba bastante mejor que ahora, los ganaderos decían que eran muy rentable.

-¿Visto como se han puesto las cosas se arrepiente de la decisión tomada?

-Desde luego ahora mismo la situación es muy mala; si seguimos así, fácilmente, no solo la alistana sino cualquier raza en peligro de extinción, va a llevar mal camino porque no son rentables con respecto a otras. Antes tenían una ayuda que compensaba la pérdida de carne y el rendimiento menor de los terneros, pero ahora mismo estamos pendientes del quinquenio, nos dicen que no hay nada seguro. Llevamos dos años esperando a ver si sale.

-¿Sería un balón de oxígeno para la subsistencia de la alistana-sanabresa?

-Claro, por lo menos para intentar aguantar un poco porque así es muy difícil. De hecho éramos cincuenta y tantos, ahora se han quitado dos o tres y hay otros tres o cuatro que no han pagado las tasas de la asociación porque te cuesta un dinero y si no recibes nada a cambio... La gente está esperando a ver si sale el quinquenio.

-¿Qué supone el quinquenio?

-Pues es una garantía de seguridad y viabilidad porque sabes que cuentas con una cantidad por animal, echas tus cuentas y con eso se puede seguir.

-Se mantienen otras ayudas como la de la Diputación ¿no?

-Sí, lo que ocurre es que es pequeña y solo la reciben los ganaderos que crían en pureza. Pero es que eso cada vez es más complicado, de hecho yo estoy cruzando porque de otro modo no es rentable, no hay salida para esos terneros. Y si estás cruzando, aunque las madres sean alistanas no hay ningún tipo de ayuda.

-¿Quién es el valiente que puede mantener la pureza?

-Pues en estos momentos solo unos pocos, muy pocos; los que tienen venta para vida de novillas de años anteriores o alguno que tiene venta para bueyes para el País Vasco, muy pocos. Son casos aislados porque no es viable.

-Lo cierto es que el cruzamiento pierde pureza genética.

-De acuerdo, pero conservamos la raza, que es una de las cosas que discrepo con la Diputación. Es verdad que si cruzamos no aumentamos pero mantenemos la ganadería, que no es poco según está la situación.

-¿En números cómo está?

-Hay unas dos mil madres que sumadas a los terneros pequeños, novillas, estamos cerca de tres mil ejemplares en todo el territorio.

-La mayor parte en Zamora...

-Sí. De los casi cincuenta criadores que quedamos, andamos por los 46 de Zamora. Lo que ocurre es que cada vez están más concentradas las explotaciones, son cada vez más grandes. Pero ni esas van a ser viables si no sale el quinquenio. Sin embargo el cruce de estas vacas con un toro de carne es bastante rentable, se puede mantener. Lo que no podemos es trabajar por amor al arte porque no hay rentabilidad.

-¿Cómo está el mercado de esta carne?

-Nos la pagan menos que un ternero cruzado porque rinde menos el canal y los gastos del matadero y el transporte son los mismos.

-¿Entonces que les lleva a mantener estas explotaciones?

-Pues que hace unos años, para que no se perdiera la raza, con las ayudas que daban salían las cuentas y es cierto que la carne es mejor pero luego no se valora.

-Igual hay que venderla mejor...

-Precisamente estamos trabajando con Cobadu para sacar una marca de calidad, un logotipo con la comercialización de la cooperativa en la que estamos la mayoría de los ganaderos. Empezamos con esto el año pasado y han dado un año para hacer marca de calidad. Lo vamos a sacar con la esperanza de que sea viable y podamos vender mejor y con más rentabilidad.

-Ahí está la Marca de Ternera de Aliste mucho más adelantada ¿es compatible una con la otra?

-Ternera de Aliste no tiene absolutamente nada que ver con nosotros, lo que pasa es que han aprovechado la situación geográfica porque están en Aliste, aprovechan el territorio y parece que la ternera de Aliste es de la raza alistana pero no es así. De hecho, tan solo hay un ganadero o dos que comercializan. Estamos en desacuerdo porque a la gente se la confunde.

-¿Y van a hacer algo para terminar con esta dualidad?

-Lo teníamos que haber hecho antes porque ellos ya tienen la Marca de Garantía aprobada en España y si se lo conceden en Bruselas pues mal para nosotros porque llevarán el nombre de Ternera de Aliste y no se si nosotros podremos tener el logotipo de Alistana-Sanabresa. Presentaremos alegaciones porque la raza de pura sangre la criamos nosotros, por eso pretendemos sacar el logotipo de la auténtica alistana-sanabresa.

-Hay ejemplares que se han vendido al País Vasco para concursos de arrastre, ¿tiene mucha salida esta vía?

-Es algo muy residual, pueden sacar diez o veinte novillos al año y se los suelen comprar a gente en Sanabria, que les quedan más cerca. Se venden a un buen precio pero son muy pocos los que salen. A nosotros nos interesa el mercado de carne que en estos momentos no es de lo que está peor en el mundo agrario, pero estas vacas no pueden competir con una de aptitud cárnica como puede ser la charolesa o la limusina, razas que han mejorado muchísimo y dan unas canales que no tienen nada que ver con esto. Puede que la carne sea peor, pero hoy en día si al consumidor si le pides un poco más de dinero pues no compra. De ahí nuestra idea de comercializar con Cobadu a ver si con el distintivo podemos mejorar.

-Lo esperanzador es que hay savia nueva, han tomado las riendas de la asociación un grupo de ganaderos jóvenes, lo cual es raro en este sector.

-Es verdad que hay ganaderos jóvenes, más o menos la mitad de los de la asociación, y hay cinco o seis explotaciones de más de cien animales. El problema es que en estos momentos la alistana-sanabresa no es rentable, es imposible criar esta raza sin algún tipo de ayuda. Los ganaderos están esperando a ver qué pasa con la ayuda del quinquenio, si no sale yo el futuro no veo muy difícil.

-¿Qué les empuja a seguir?

-Con la ganadería vamos a seguir, lo que no está claro es que lo hagamos con la alistana. Más de la mitad estamos criando con el toro de carne y hay otro con trescientas madres que las quiere quitar. Cada vez somos menos, cada vez dan menos dinero a la asociación y los gastos cada vez son más. El panorama no es muy alentador.

-El problema es que puede desaparecer una raza ya declarada en peligro de extinción.

-Las administraciones quieren que haya vacas a toda costa, quieren que se sigan conservando pero tienen que decirnos cómo porque si no nos van a ayudar cada uno haremos lo que nos convenga. La mayoría llevamos ya tres años sin el quinquenio y esto se hace insoportable.