La depuración de las aguas residuales del Parque Natural Arribes del Duero persiste como una asignatura pendiente en el conjunto del espacio protegido. Es un problema no resuelto a pesar de que tanto el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales, como la Ley de Espacios Naturales de Castilla y León y la propia Ley de Aguas deja clara «la prohibición de efectuar vertidos directos o indirectos de aguas y de productos residuales susceptibles de contaminar las aguas continentales o cualquier otro elemento del dominio público hidráulico», salvo que se cuente con la previa autorización administrativa.

La depuración de Arribes del Duero es un lastre que golpea a los Ayuntamientos, a empresas industriales, a explotaciones ganaderas y a los propios habitantes. Entidades y personas deben hacer frente todos los años a sanciones económicas o son advertidos con escritos poco o nada agradables por verter a los cauces sin la debida depuración. La presencia de las aguas fecales por las riberas, y que terminan por desembocar en los cauces del Tormes o del Duero, también son motivo de constante reproche de los turistas y constituyen una las quejas sociales más repetidas por el impacto que representan para un territorio protegido, que concibe el turismo y la calidad del medio natural como recurso de desarrollo económico y social.

La competencia de cambiar el estado de las cosas recae en estos momentos en el Gobierno de la Nación, que a través de la empresa pública AcuaNorte, reconvertida ahora en Acuaes (Sociedad Estatal Aguas de las Cuencas de España) tras su extinción como consecuencia del Plan de Reestructuración del Sector Público, maneja un proyecto con un presupuesto de 19 millones de euros.

El plan afecta a 14 municipios de Arribes del Duero (23 pueblos) e incluye 35 instalaciones de pequeñas depuradoras. Para financiar este proyecto, que alcanza los 15,5 millones de euros, se cuenta con la aportación del 80% de fondos europeos (Feder) y el resto deberá ser aportado por los usuarios, es decir, ayuntamientos y vecinos de la zona, contando con que un 10% será financiado con fondos propios de la empresa estatal a devolver en 40 años, y el otro 10% lo tendrán que asumir los ayuntamientos buscando fórmulas de financiación.

Además de las instalaciones en el espacio natural de Arribes del Duero, el proyecto incluye dos depuradoras más (en Bermillo de Sayago y Muelas del Pan) que por su ubicación merecen tener un tratamiento conjunto, así como en los municipios de Camarzana de Tera y en Morales del Rey. Para estas infraestructuras el presupuesto ascendería a 3,5 millones de euros.

Y así lo presentó formalmente en junio de 2012 ante los alcaldes y en un acto celebrado en la Diputación de Zamora la entonces directora genera de AcuaNorte, Isabel Pérez. Es más, los ayuntamientos cumplieron con lo establecido en el borrador del convenio aprobando en pleno, antes del 20 de febrero pasado, el convenio que permitiría la redacción del anteproyecto de las obras de depuración, aunque con importantes dudas sobre la financiación del mismo. El elevado coste de las depuradoras, tal y como consta en el proyecto global, hace difícil afrontar ese 20% que queda al margen de los fondos europeos.

Desde aquella fecha los alcaldes no han vuelto a tener noticias. Ante la inquietud lógica que se ha generado, decidieron crear una comisión formada por los regidores de Villadepera, Fariza, Villalcampo y Muelas del Pan. Han conseguido hablar con la subdelegada del Gobierno y el delegado de la Junta, pero no con el presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero, José Valín, que sería el interlocutor válido para conocer el estado de las cosas. (Este diario ha intentado, sin éxito, obtener información de Acuaes).

Porque en este caso la Junta de Castilla y León está desligada de un Plan de Saneamiento que por otro lado constituyó uno de los compromisos firmes de la Consejería de Medio Ambiente (hoy agrupada con Fomento) en la anterior legislatura, cuando estuvo presidida por María Jesús Ruiz. «Comprometí que en esta legislatura estaría terminado el funcionamiento de depuración del Espacio Natural» llegó a decir en un día señalado, en consonancia con el Día del Medio Ambiente, e incluso se atrevió a indicar que para el año 2011 todas las poblaciones contarían con sistema de depuración.

Hoy el proyecto de depuración de Arribes del Duero es una cuestión que está en manos del Gobierno central, gestionado por la empresa Acuaes bajo las directrices de la Confederación Hidrográfica del Duero, presidido por José Valín, quien también ha hecho referencia a importantes cuantías de dinero para atender el saneamiento de Arribes. Fuentes de la Consejería de Medio Ambiente expresaron el viernes a este diario que la depuración de Arribes es una cuestión «del Estado», de la Confederación Hidrográfica del Duero.

La realidad es que la falta de depuración repercute con toda su contundencia en un espacio protegido que considera las riberas como lugares de ruta turística por la belleza que proporciona la floración primaveral y por el espectáculo que ofrecen las aguas en su curso, bajo puentes tradicionales y espectaculares cascadas.

Con mayor o menor impacto, son veintitrés localidades de Zamora enclavadas en el Parque Natural de Arribes las que viven pendientes de contar con una depuración digna de un espacio natural, para mayor gloria, de carácter internacional, puesto que forma un todo con la vertiente portuguesa. Los responsables de las industrias critican con dureza las sanciones cuando ni los propios ayuntamientos cuentan con sistema de depuración ni la Administración cumple lo marcado por la Ley.

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