No atraviesa buenos tiempos el sector eólico del país. Las continuas reformas energéticas sacuden de incertidumbre las inversiones en marcha y las proyectadas a futuro, algo que ya han denunciado en numerosas ocasiones los empresarios del sector. Pero hay un pequeño oasis en la tormenta perfecta. Lo representan los municipios en los que se asientan los aerogeneradores, la mayor parte de ellos con un bajo número de habitantes, que albergan en sus terrenos molinos que nutren sus arcas gracias a la recaudación tributaria: el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) y el de Bienes Inmuebles de Características Especiales (Bices).

Estos parques se han erigido en tabla de salvación para las cuentas de muchos de estos ayuntamientos de la región que reciben vía impuestos partidas importantes por parte de las eléctricas, que además deben hacer frente a la «ecotasa» de la Junta.

En el caso de la provincia de Zamora, a 145 kilómetros a noroeste de la capital, el municipio de Lubián, en la comarca de Sanabria, da la bienvenida al visitante que procede de Galicia con una impresionante batería de aerogeneradores que reportan sustanciosos ingresos. Esa parte de la provincia se destaca en cuanto a la producción de este tipo de energía.

Todas las compañías que allí operan aportan al año unos ingresos para Lubián de más de 232.000 euros (2008), cantidad que ha aumentado cerca de 22.000 euros en el último lustro para aquilatar un montante de casi 253.000 euros, según los datos facilitados por el área de Recaudación de la Diputación de Zamora.

El Ayuntamiento de Pías alcanza los 24.000 euros anuales, mientras que Hermisende, cerca de 73.000 euros. Ferreruela de Tábara cobró unos 50.000 euros en 2012, si bien hay que computar la entrada en el negocio de un nuevo parque, con una aportación de casi 26.000 euros. Muy cerca de allí, en Faramontanos de Tábara, su Consistorio obtuvo 28.000, mientras que Montamarta, casi 28.400 euros. Por último, Olmillos de Castro logró 20.300 euros.

En la fronteriza provincia de León, Torre del Bierzo y Brañuelas fueron los primeros municipios que acogieron parques eólicos, hace 11 años. Ahora cuentan con 18 en funcionamiento. El segundo de ellos no esconde que los aerogeneradores les reportan unos ingresos anuales de 52.793 euros en concepto del denominado Bices y 18.210 más por el IAE.

También en El Bierzo, pero con instalaciones más reducidas, el municipio de Molinaseca cobra casi 13.000 euros por ambos conceptos impositivos. En La Maragatería, el Ayuntamiento de Lucillo tiene su principal fuente de ingresos en la actividad eólica, por la que percibe casi 292.000 euros anuales por el Bices y 35.000 del IAE, cifra superior a la de Santa Colomba de Somoza, que percibe unos 138.000 euros.