Ayer fue un día para recordar, no solo para Darío Lozano por encarnar al zangarrón del Día de Reyes en la localidad de Montamarta, sino por el buen tiempo y la gran cantidad de visitantes que acudió a la localidad para contemplar la tradicional y conocida mascarada de invierno.

Como buen montamarteño el joven quinto desempeñó con arrojo el papel del mítico personaje, cuyos orígenes se remontan a las celebraciones del cambio del solsticio en la época romana. Tanto que en una de las piruetas acabó en el suelo al resbalar junto a la ermita de la Virgen del Castillo. El incidente le causó daños en una mano y en una de las rodillas.

Darío Lozano reconocía durante la espera en el exterior del templo estar «un poco cansado», pero aún así aseguraba que también le quedaba arrojo «para hacer bien las carreras en la plaza» detrás de los jóvenes del pueblo que constantemente durante toda la mañana provocan al «diablo».

Tras la espera el sacerdote dio su bendición para que entre y realiza tres reverencias, se acerca hasta el altar donde pincha con el tridente dos hogazas de pan y vuelve a saludar con tres reverencias al marcharse.

La misa de Reyes en Montamarta contó en el día de ayer con la presencia de la subdelegada del Gobierno en Zamora, Pilar de la Higuera; el vicepresidente segundo de la Diputación, Aurelio Tomás; el diputado y alcalde de Andavías, Antonio Iglesias y toda la corporación municipal de Montamarta, encabezada por su alcalde, Rogelio Conde.

Después de emplearse tres horas para confeccionar el traje, el zangarrón inicio la carrera para pedir el aguinaldo con la careta nueva, propiedad de la asociación cultural de la localidad. La cantidad recaudada servirá para que en los próximos días el zangarrón invite a una cena al resto de los quintos y a sus amigos.