El investigador mirandés con ELA logra su sueño

Dabiz Riaño culmina su aventura de hacer el Madrid-Dakar

El burgalés de Miranda de Ebro Dabiz Riaño, investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)

El burgalés de Miranda de Ebro Dabiz Riaño, investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) / Servimedia

El burgalés de Miranda de Ebro Dabiz Riaño, investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) diagnosticado desde hace más de diez años de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), llegará mañana lunes a Alcalá de Henares (Madrid) tras haber completado el recorrido de 8.000 kilómetros del Madrid-Dakar en una furgoneta camperizada. Riaño estuvo acompañado en esta aventura por la costa occidental de Marruecos y Mauritania y Senegal por el equipo del documental "7 lagos, 7 vidas"

Esa furgoneta fue protagonista del viaje que realizó el equipo formado por Mbacke -conocido como ‘Capi’-, Nosoko, Miguel y Dabiz Riaño por Europa del Este y que fue objeto de ‘7 lagos, 7 vidas”, disponible en Movistar Plus, y también del viaje a Cabo Norte realizado el pasado verano.

Los viajeros han tenido la oportunidad de visitar varias ciudades senegalesas como la turística y pesquera M’Bour; Touba, donde reside la familia de Mbacke y que cuenta con una mezquita totalmente accesible; Ndoucoumane Ndiaye, donde nació el padre de Mbacke, y el Lago Retba, popularmente conocido como ‘Lago Rosa’, en el que se bañaron siguiendo la estela del documental.

El recorrido total, de más de 8.000 kilómetros por carretera, condujo a los aventureros por tierras del famoso rally París-Dakar al atravesar Marruecos y Mauritania hasta llegar a Senegal.

Dabiz Riaño es el protagonista del documental “7 lagos, 7 vidas”, estrenado en Movistar Plus el pasado 21 de junio. Producida por López-Li Films y Latido Films, aporta su granito de arena para avanzar hacia una sociedad más inclusiva y justa. Se trata de una ‘road movie’ con un carrusel de emociones que aborda un la ELA.

La ELA es una enfermedad del sistema nervioso central caracterizada por una degeneración progresiva de las neuronas motoras. Se calcula que en el mundo hay medio millón de personas con esta enfermedad, hoy incurable, y en España se diagnostican 900 nuevos casos cada año. La esperanza media de vida de los pacientes tras ser diagnosticados es de tres a cinco años.

El objetivo del viaje a Senegal es sensibilizar para que se fomente la inclusión plena de las personas discapacitadas en la sociedad. “Somos súper normales, pero nos hacen falta los apoyos necesarios para que se respete nuestro derecho a una vida digna”, indicó Riaño.

Esta idea está presente en todas las iniciativas de Riaño, científico del CSIC y diagnosticado de ELA desde 2008. Con este viaje se ha sumergido en las costumbres senegalesas y habla con entusiasmo de la comida, en declaraciones a Servimedia. “Se emplea aceite de cacahuete para cocinar pescado, pollo y, cuando se puede, cordero, acompañado de arroz, especiado y picante. El pollo es muy rico, fácil de masticar, pero compacto a la vez, y me recuerda mucho al que se cocina en Jamaica. Mucha gente de Jamaica viene de estos lares. Comen todos juntos en una fuente común, normalmente con las manos y sentados en el suelo y eso es un lujo. Las comidas son momentos de compartir muy especiales. Es una delicia estar tan unidos”, apuntó.

Además, le ha llamado la atención el baobab, árbol sagrado y protegido en Senegal con grandes ramas, del que se extrae la corteza para hacer cuerdas especialmente resistentes y con cuyo fruto – el ‘bui’- se hace un zumo que posee propiedades curativas. Incluso comenta que probablemente el pintor Gustav Klimt se inspirara en él para realizar su obra "El árbol de la vida".

“La gente es una maravilla, la única pena es no haber podido aprender a hablar más ‘wolof’ para asimilar más su cultura”, contó Riaño, quien valoró que es un pueblo muy sonriente y le hicieron sentir “uno más” del grupo.

Silla inteligente

Con ello, Dabiz Riaño completa uno de sus sueños, aunque ya le rondan nuevos retos en su cabeza, como la ‘silla inteligente’, un proyecto para reconstruir espacios urbanos en tres dimensiones mediante un sensor montado en una silla de ruedas, con el fin de que la sociedad vea los beneficios que las personas con discapacidad aportan a la ciencia.