El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, apeló ayer a la “igualdad” fiscal de los territorios desde el “compromiso irrenunciable de la defensa de la estabilidad social y la unidad de España”. Lo hizo durante su intervención de clausura del acto académico “El legado de las Comunidades 1521-2021”, celebrado en las Cortes. En él reflexionó sobre las similitudes de la Ley Perpetua de Ávila, redactada por la Junta de Procuradores de las comunidades castellanas en 1520 y promulgada en Tordesillas, con el escenario actual, dado que el jefe del Ejecutivo insistió en que se trató de un movimiento “adelantado a su época” y que ya profundizaba en la separación de poderes, la libertad y la igualdad.

En este sentido, se detuvo específicamente en el equilibrio del “pechar”. “Seguimos necesitando impuestos justos, y siempre que se pueda, lo más bajos posible. Un principio que asume y defiende esta tierra”, sentenció. El presidente de la Junta expuso que el movimiento comunero tuvo un componente urbano inicial, donde se radicaban las clases “más dinámicas, más emprendedores, que buscaban la defensa de las actividades industriales y mercantiles”. Pero su “fracaso”, continuó, “sigue siendo un ejemplo y advertencia”.

Tras escuchar las “doctas apreciaciones” de los profesores Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, ponente constitucional, y Benigno Pendás, presidente y vicepresidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas (Racmyp), Mañueco recordó que la conmemoración del V Centenario de la Guerra de las Comunidades ha permitido poner en valor otro concepto que “defendía el movimiento”: la “libertad del reino y sus gentes para elegir su destino, protegida de imposiciones”. A su juicio, a día de hoy los ciudadanos siguen “luchando para evitar esos adoctrinamientos”. “Con la libertad está la igualdad de todos en la defensa del común para contribuir a un buen gobierno, Tenemos que apostar por un estado fuerte, integrador, que representa el Estado de las Autonomías, donde el diálogo entre el Gobierno y las comunidades debe servir para el bien común, desde la máxima lealtad, pensando siempre en un proyecto nacional”, sostuvo, en referencia al conflicto catalán.

Libertad e igualdad

Durante su alocución, vinculó varios aspectos del “ideario” comunero con la situación actual, con lo que “siguen de plena actualidad”, tal y como citó al malogrado Joseph Pérez. No en vano, prosiguió, se trató de la primera revolución moderna, dos siglos y medio antes que las norteamericana y francesa y 150 años antes que la inglesa, donde ya aparecían unas “primeras nociones de lo que era la libertad política, la igualdad social y la participación ciudadana”.

Mañueco ensalzó que el ideario comunero, recogido en la propia Ley Perpetua, “respiraba sensatez, cordura y aplomo y tenía planes de buen gobierno”, ya que establecía la “separación de poderes, imprescindible hoy en día”, punto en el que aprovechó para asociarlo al momento “de rabiosa actualidad”, con la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), en lo que debe ser, a su juicio, un “ejemplo de apostar por el consenso para garantizar la máxima independencia de la institución”. También rememoró que el movimiento comunero contemplaba unas Cortes de “raíz democrática, que hay que ejercitar a diario, como hace este Parlamento”.

Por ello, llamó a “aprender de todo ello” y a “actualizar la Ley Perpetua al momento actual”.