Castilla y León sumó ayer miércoles nueve muertes asociadas a la pandemia del COVID, entre ellas ocho registradas en los hospitales y una más en residencias, mientras que el número de positivos comunicados han sido 235, en una línea similar a las últimas jornadas, debido a que la enfermedad ha entrado en un “valle”. Con estos 235 nuevos casos –218 diagnosticados el día previo–, su número actual acumulado es de 214.467, de los cuales 207.667 se han diagnosticado con pruebas de infección activa.

Las residencias de la comunidad contabilizan a día de ayer 2.954 fallecidos confirmados, después de que en las últimas 24 horas haya habido un muerto en un centro residencial de Burgos. Es el primer deceso en 22 días, después que los efectos de la vacunación entre los residentes hayan sido muy positivos.