Andadores inteligentes con control de voz, robots de apoyo a los cuidados o cabinas de ducha de las que los dependientes salen secos son algunos de los 166 proyectos por 150,74 millones que la Junta de Castilla y León ha elevado al Gobierno para ser financiados con cargo al fondo de resiliencia de la Unión Europea.

Los proyectos los ha presentado este lunes en rueda de prensa telemática la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, con 45 de ellos (por 12,5 millones), se han seleccionado de entre los aportados por el tercer sector social de la comunidad, y otros 72, por 30,5 millones, proceden de las entidades locales, con el fin de consolidar el nuevo sistema de atención a la dependencia 5.0.

El mayor volumen de recursos procedentes del Plan Europeo de Recuperación, Transformación y Resiliencia, del que 150,74 millones corresponden a la comunidad en tres anualidades, se destinará al impulso de un nuevo modelo residencial que busca que el usuario se sienta como en su propio hogar.

Para ello, según ha anunciado la consejera, se proyecta la construcción de dos nuevas residencias en Ávila y en Zamora –por un importe de 16,32 millones para cada centro–, y obras de mejora y de remodelación para implantar unidades de convivencia en centros de Burgos (4,33 millones); León (4,4 millones); Palencia (3,4 millones); Segovia (13,3 millones); Soria (un millón) y Valladolid (4,08 millones).

También habrá mejoras en centros de menores, con obras en distintos centros de la comunidad y la construcción de uno nuevo en Salamanca.

Entre esos 166 proyectos -46 de ellos, con 95,18 millones dentro del grupo fijado por el Ministerio de Plan de apoyo a los cuidados de larga duración, con 63 por 37,14 millones al plan de modernización de los servicios sociales y 57, por 18,42 millones, al plan España accesible- destacan los dos piloto, en unidades de mayores, dependientes y discapacitados y en viviendas, de convivencia con robots interactivos.

Otros proyectos para poner la tecnología al servicio de los dependientes se han desarrollado con fondos europeos y permiten ahora aplicarse como son los andadores inteligentes que se paran solos si se aceleran al final de una bajada, o con control remoto o por voz; o los urinarios adaptados; duchas de las que las personas con discapacidad física salen secas o camas asistidas que ayudan a las personas a levantarse y acostarse.

La consejera ha destacado además los proyectos que permiten dar los primeros pasos en el modelo de teleasistencia avanzada, con la adquisición y gestión de dispositivos de detección de fuego y humo, de gas y monóxido de carbono, de fuga de agua, de situaciones de riesgo y emergencia fuera del domicilio, como la geolocalización del usuario o su auxilio mediante dispositivos móviles, o para la dispensación controlada de medicación.

Blanco ha explicado que además habrá convocatoria de subvenciones por 5 millones de euros para los municipios de menos de 20.000 habitantes, para acciones de accesibilidad universal y cognitiva.

A expensas de que el Ministerio traslade a Bruselas estos proyectos, el espacio temporal de actuación es 2021-23, con algunos que pueden ser inmediatos, como los de obras o adquisición de equipos, y otros que bastará con que estén iniciados en ese último año.

Los proyectos desarrollados por los ayuntamientos y diputaciones se centrarán en la atención residencial –mediante actuaciones en centros de su competencia– y en la accesibilidad, para la supresión de barreras físicas y sensoriales, y la simplificación administrativa.

Y las entidades del tercer sector participarán con la Consejería en gran parte de los proyectos piloto de innovación y de transformación tecnológica, tanto en el ámbito de la discapacidad como en el de la inclusión social.

Entre los más relevantes, cabe reseñar los programas experimentales para la reducción de la brecha digital mediante la adquisición de competencias en este campo y para el desarrollo de una cartera de servicios inclusivos generadora de empleo; el proyecto de creación de una oficina de accesibilidad universal y el de un laboratorio de ideas en I+D+i para valorar las posibilidades de aplicación de la impresión 3D en la adaptación de materiales a medida de las necesidades de las personas con parálisis cerebral.