Las reservas en alojamientos de turismo rural se desplomaron en Castilla y León el pasado mes de noviembre un 88,9% respecto al mismo mes del año pasado, frente a una caída nacional del 80,1%. Se justifica en el temor de este tipo de usuarios y a las restricciones por el cierre de fronteras entre comunidades autónomas, tal y como ha denunciado el sector en los últimos meses.

El número total de viajeros que recibió Castilla y León en el undécimo mes se redujo hasta los 3.269, un 94,5% menos que en el mismo mes de 2019; mientras que el número de pernoctaciones fue de 13.391, un 88,9% menos. Con estos datos, la regió pasa ser la cuarta en el número de visitantes.