El consejero de Fomento de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, defendió ayer que la conversación que aparece en el sumario de la operación Enredadera entre él y el empresario José Luis Ulibarri, refleja "una llamada de la administración a una empresa en una gestión ordinaria de asuntos totalmente regulares".

"Es una conversación que se enmarca en el grueso de las conversaciones que no son objeto de la investigación judicial", ha dicho, al tiempo que ha agregado que esa conversación "ni es particular, ni es un chascarrillo".

"El que tiene expectativas de encontrar algo extraño se va a defraudar, porque no va a encontrar absolutamente nada", ha añadido el consejero a los periodistas.

Suárez-Quiñones no ha querido dar más explicaciones "por respeto a la Cámara", ya que ha recordado que los pormenores los explicará en una comisión parlamentaria de su departamento en las Cortes de Castilla y León el mes que viene.

El consejero ha hablado de este asunto el mismo día que tras una reunión extraordinaria de la Junta de Portavoces y de la Mesa de las Cortes haya acordado -con el rechazo de la oposición- que el consejero de Fomento comparezca en una comisión de su cartera en septiembre y no en un pleno.

Los grupos de la oposición, encabezados por el Partido Socialista y Ciudadanos, habían solicitado la comparecencia de Suárez-Quiñones, y los socialistas también la del vicepresidente de la Junta y consejero de la Presidencia, José Antonio de Santiago-Juárez, en Pleno aunque el PP hizo valer su mayoría en la Mesa para descartar esta opción.

La Mesa asumió la petición del propio consejero de Fomento y Medio Ambiente para comparecer en comisión, donde también solicitó sus explicaciones Podemos.

El portavoz del Grupo Popular, Raúl de la Hoz, apuntó que el PSOE y Cs han mostrado un "extraordinario nerviosismo", desde el momento en que se conocieron las primeras informaciones sobre la "operación Enredadera".

Suárez-Quiñones aparece en el sumario de la Operación Enredadera por una conversación con el empresario José Luis Ulibarri en la que el consejero le ofrecía las obras de una carretera paralizadas por la quiebra de la empresa adjudicataria y le llega a decir: "la administración soy yo".