Los accidentes de montaña en Castilla y León obligan a los equipos especializados a realizar una media anual de 150 rescates, cifra que se mantiene estable en los últimos años a pesar del crecimiento exponencial de practicantes, que ha provocado que el número de licencias de la la Federación de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo de la Comunidad (Fdmescyl) se duplique desde 2008 y supere ya las 13.000.

El pasado año, las cuatro bases de intervención en montaña que la Guardia Civil tiene repartidas en la comunidad y que se encuentran ubicadas en Sabero (León), desde donde se cubre la Cordillera Cantábrica, los Picos de Europa y la Montaña Palentina; en las localidades abulenses de El Barco de Ávila y Arenas de San Pedro, que actúan en las sierras de Gredos, Francia y Béjar, y en Riaza (Segovia), que tiene como principal zona de actuación el Sistema Central, a las que hay que sumar la de Ezcaray (La Rioja), desde donde se realizan las operaciones de Burgos y Soria, atendieron 105 accidentes, uno menos que en 2016 y en 2014, y diez menos que en 2015

Por su parte, el Grupo de Rescate y Salvamento de la Junta, con sede el Alcaracén (Valladolid), realizó el pasado año 56 rescates, de los que 49 fueron de montaña, tres más que en 2016. Hasta el pasado 5 de agosto, este grupo sumaba 22 operaciones, de las que 19 correspondieron a accidentes de montaña. La sierra abulense de Gredos y la provincia de León -Picos de Europea y Cordillera Cantábrica- concentran siete de cada diez rescates en la comunidad, mientras que la mitad de los accidentes se registran en los meses de verano.

Tanto desde la Federación de Montaña, como desde el Grupo de Rescate de la Junta, se coincide en destacar que la preparación y la prevención de las personas aficionadas al montanismo y al senderismo cada vez es mejor. Para el presidente de la Fdmescyl, Javier González Lázaro, los montañeros cada vez están más concienciados, pero no ocurre lo mismo con el aficionado ocasional.