El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, vivió ayer su último debate sobre el estado de la comunidad, en una especie de inicio de la cuenta atrás política antes de dejar sus cargos en 2019 y en plena vorágine precongresual del PP, pero sin referencias a este proceso interno.

Aunque ha tenido que escuchar expresiones de la oposición con el hilo conductor del "fin de ciclo" y referencias a sus 17 años en el cargo, Herrera ha avisado de que las despedidas eran "un poco precipitadas" porque "quedan muchos meses de legislatura".

"Trabajaré aquí hasta el último día", se ha comprometido el presidente autonómico al contestar al socialista Luis Tudanca, quien inicialmente le ha deseado a Herrera "lo mejor en lo personal" y le ha agradecido "con toda sinceridad sus servicios" a Castilla y León.

El presidente ha presumido de que ha pasado "muchísimas reválidas" y "muchas ITV" en su etapa de gobierno, aunque ha reconocido que ya no tiene "ni el mismo pelo, ni la misma fuerza" que en 2001, pero en cambio ha ofrecido su experiencia y ha garantizado que su Ejecutivo mantiene el "ritmo, impulso, amor y compromiso" por esta tierra.

"17 años y tres meses...¿se le ha hecho largo? A mi también...", ha confesado el presidente ante el portavoz socialista, quien sin embargo ha negado que el resumen de su paso por la Presidencia de la Junta pueda ser de "despoblación y corrupción", aunque en este último aspecto ha reconocido que no fue "prudente" al presumir de que Castilla y León estaba fuera del mapa de la corrupción.

A lo que no se ha referido el presidente ha sido al momento que atraviesa su partido en la actualidad, tras la moción de censura que apartó a Mariano Rajoy de la Presidencia del Gobierno y con la referencia de la votación y el congreso extraordinario del que saldrá el nuevo o la nueva líder del PP.