El jurado popular encargado del caso de asesinato de exboxeador leonés Roberto Larralde determinó hoy la culpabilidad de cuatro de los cinco principales acusados, entre ellos, Miriam, la viuda, de quien consideraron -por unanimidad- que tuvo una intervención decisiva al inducir o colaborar en la ejecución de la muerte de su marido.

También por unanimidad vieron culpables de asesinato tanto a su amante Julio como al autor material de la misma, José Ramón, a quienes atribuyeron la planificación del crimen, por el que el encargado de cometer el asesinato supuestamente recibiría una compensación económica.

El considerado por el jurado como ejecutor de la muerte era amigo de la víctima y le disparó por la espalda, a la cabeza y a corta distancia, acabando con su vida en pocos instantes. Además, en torno al momento de la muerte el exboxeador fue fuertemente golpeado en el esternón y en los genitales. El jurado vio probado por mayoría -siete votos a favor y dos desfavorables- que el detective privado amigo íntimo del inductor del crimen, Froilán, intervino “decisivamente” en la planificación del mismo.

Respecto a Carlos, al hombre que realizó varias llamadas telefónicas la noche de los hechos con el teléfono móvil del asesino por orden del inductor, que era su jefe, los miembros del tribunal popular señalaron que no fue partícipe ni de la planificación ni de la ejecución y que se limitó a cumplir un encargo. Al ser declarado inocente de los cargos que se le atribuían inicialmente, ya pudo abandonar la Audiencia Provincial de León, donde tuvo lugar el juicio, como un hombre libre.

A la vista del veredicto, el fiscal mantuvo su petición de una pena de 20 años de prisión para el autor material, el inductor y el detectivo y 23 para la viuda, al sumarle tres por el agravante de parentesco.

El letrado que representa a la familia del fallecido, el mediático Marcos García Montes, reclamó las mismas penas, salvo para el autor material, para quien solicita dos años más por tenencia ilícita de armas.

Al finalizar la lectura del veredicto y justo cuando se apuntó que la viuda era considerada culpable por unanimidad, una mujer familia de la víctima profirió gritos de satisfacción, acompañados de aplausos del público asistente- y fue desalojada por ello de la sala por el magistrado presidente.