Hablar de José Ángel Llamas es hablar de arte, disciplina, tesón pero, sobre todo, de humildad. Talla en madera, escultura, modelado, pirograbado e incluso pintura. Tras su jubilación como ferretero se ha dedicado a lo que realmente le gusta y ha llevado a cabo numerosas obras, realizadas con técnicas muy diferentes y sigue investigando nuevas propuestas a la hora de crear.
Ahora ha decidido mostrar de forma permanente su trabajo y alberga en un local de la calle La Bañeza una exposición con sus trabajos más emblemáticos. A José Ángel le gusta pasear entre sus creaciones y disfruta recordando al visitante cómo llegó a realizar alguna de ellas, eso sí, restando siempre importancia a su arduo trabajo y las muchas horas dedicadas.
En un recorrido por la muestra se observan casi una treintena de cuadros en relieve, realizado con porexpan y algunos retales, que relatan oficios antiguos muchos ya desaparecidos. No falta ni un detalle de cada uno de los artilugios y herramientas que cada uno de los artesanos utilizaban. Se observa el afilador, el tapicero, el matarife, el cestero, guarnicionero, alfarero o cacharrero, entre otros.
Hay también pinturas “rápidas” en acrílico de las iglesias del entorno de Benavente, en un radio de 25 kilómetros. Los marcos de estas pinturas son artesanales. “He cogido los tallos de los chopos, los palés de color gris y tabla de derribo”, explica. Y pregunta “¿tú crees que se me da bien?”
No faltan las esculturas. Destacan las relacionadas con el toro enmaromado. Recuerda las fallas que fue realizando durante años para el fin de fiesta de la Peña Trevinca. Llama la atención una maqueta de un toro con el que obtuvo un primer premio en la categoría de talla, otorgado por el Ayuntamiento de Siero y la Asociación de Amigos de la Madera Les Forgaxes. "Este toro estuvo hecho en plastilina diez años. Está sacado de una fotografía de un periódico de cuando toreaba Diego Puerta”, recuerda.
Al hablar de las esculturas, José Ángel señala que “la talla y la escultura es quitar lo que sobra. Tienes una idea en tu cabeza y donde alguien ve un tronco de nogal, pues yo veo que dentro hay un toro y hay que sacarlo”.
Se observa entre las esculturas el ya desaparecido mueco del toro, de Antonio Blanco.
Hay también numerosas esculturas de personajes mágicos, como duendes, hadas o brujas. Y llaman la atención algunas de sus tallas relacionadas con la imaginería y figuras de carácter religioso como la representación de la Virgen de la Vega realizada prácticamente a tamaño real, con brazo destartalado incluido o la imagen de un Cristo realizada en porexpan y cartón, con la técnica del estuco del siglo XVII.
Otra de las técnicas que ha experimentado este artista es el del pirograbado y se observan diferentes imágenes de lugares emblemáticos de Benavente como la Torre del Caracol o las iglesias de San Juan y Santa María.
Multitud de piezas de decoración, a las que no les falta ni un detalle, pendientes, sujeta gafas o juegos clásicos como el dominó tienen cabida en esta sorprendente exposición a la que Llamas ha dedicado miles de horas.