“En Peña Trevinca nace, allí su ruta comienza, llegando a Vega del Conde, va acumulando destreza”. Así comienza el Romance del Río Tera, de Carlos “El poeta artesano”. El Tera, ese río tan inspirador para unos, y tan vital para tantos pueblos a lo largo de su cuenca.

A golpe de pincel ha querido plasmar Angélica López esta inspiración que el río Tera provoca entre la gente de la comarca. “El Tera inspira” es el nombre de la exposición que ya se puede visitar en el Centro Sociocultural de Camarzana de Tera.

“La colección es un recorrido por toda la vida del río y todo lo que representa”, explica Angélica. El recorrido por la exposición, de igual modo que el discurrir del río, comienza con una obra en la que se plasma el Lago de Sanabria.

Algunas de las obras que pueden verse en la exposición. | C. G. R.

Angélica es una vecina de Abraveses de Tera y que guarda una relación especial con el río, como así se demuestra en una colorida colección que demuestra su simbiosis con las cristalinas aguas de este afluente del Esla.

“He querido hacer un recorrido por todas las tierras que baña el río”, explica Angélica. Además, no solo paisajes y puentes están representados en esta colección.

“También he representado, por ejemplo la imagen de Santiago de Santa Marta, que es la más antigua de España, o la Virgen de la Encina de Abraveses”, comentaba Angélica.

La exposición abrió sus puertas durante la tarde de ayer y podrá visitarse hasta el próximo 31 de julio.

No obstante, cabe destacar que no es la primera vez que “El Tera inspira” es mostrada al público, pues ya ha sido expuesta en el Castillo de Puebla de Sanabria, según contaba Angélica.

Cada uno de los más de veinte cuadros que componen la colección no es sino una manera especial de viajar y a cada rincón irrigado por las cristalinas aguas del río.

El Tera, ese río que mantiene siempre verde el Valle y le confiere ese color tan especial, recibe ahora lo que podría entenderse como un agradecimiento a unas aguas que son el hálito de vida a una zona que poco a poco va quedándose vacía.

Dos de las joyas de la corona de esta colección, en los que se representa a dos de los animales más característicos de la zona, según confirma Angélica, “había pensado en subastarlos, pero preferí hacer un sorteo en el que por una cantidad simbólica todos tuvieran la misma oportunidad de llevárselos”. Afirma que “todo lo recaudado será donado para la Sierra de la Culebra”.

Sentimiento, pasión por una zona, por unas aguas, talento y ganas son algunos de los ingredientes de un colección que “esperamos que visite mucha gente” y que servirá para acercar a todos aquellos rincones con encanto del Valle del Tera y que, quizá, a veces pasen desapercibidos.

“Los he hecho con un estilo cercano al impresionismo, sé que los colores no son perfectos, pero para tener la perfección están las fotos”, comentaba humildemente Angélica.

Si cabe hacer todavía más especial esta exposición, es la cercanía y la familiaridad con la que Angélica explicaba sus obras. Lejos de la elevación de las grandes galerías de arte y ese refinado estilo, Angélica ha demostrado que no es tan necesario para exponer sus obras y que el verdadero valor es el humano.

Las personas y las generaciones irán pasando, pero el Tera y sus cristalinas aguas seguirán discurriendo demostrando que el ser humano es una parte prácticamente insignificante del ciclo eterno de la vida.

Termina así el recorrido trazado por Angélica López para redescubrir el encanto de un río Tera que “en Villanazar, Navianos, Milles y Burganes, sueña con llegar a Bretocino, alcanzar al fin la meta; y al final de su camino, desembocar en el Esla, mezclándose con sus aguas, susurrándole un poema”.