La tasa bruta de natalidad ha alcanzado su registro más bajo en Benavente situándose en seis nacimientos por cada mil habitantes. El Instituto Nacional de Estadística acaba de actualizar la serie por municipios (la explotación de datos es del año 2018) y la ciudad ha perdido un punto en esta tasa con respecto a los cuatro años anteriores Mientras que en 2014 nacían siete niños por cada mil habitantes, ahora el registro indica un alumbramiento menos.

El número de nacimientos ese año fue 113. Cuatro años antes eran 132. La tendencia, con ligeras oscilaciones, es a la baja desde hace años.

Significativamente, el descenso de la población censada en la ciudad en los últimos años se ha traducido también en un descenso de los decesos que, por ejemplo, en 2017 fueron 191 y en 2018 fueron 176. Las cifras indican una tendencia a la disminución que parece estar asociada también al decremento de la población censada.

Como consecuencia de ello la diferencia entre decesos y nacimientos también ha disminuido. Mientras que entre 2014 y 2017 esta diferencia (negativa) ha estado en torno a 70 fallecimientos más que nacimientos, en 2018 la diferencia fue de 63 decesos más que alumbramientos.

Las tasas brutas de natalidad y de mortalidad (esta última se sitúa en 10 decesos por cada mil habitantes cuando en los cuatro años anteriores era de 11 por cada mil habitantes con mayor población censada) han disminuido, al igual que el referido crecimiento vegetativo, pero no así la tasa de nupcialidad. En el año de esta serie estadística se registraron más matrimonios, 62 en total, que la media de ese lustro. Como consecuencia de ello, la tasa bruta pasó de dos matrimonios por cada mil habitantes a tres.

Menos migración

El descenso poblacional también se apoya en una caída de la migración, sobre todo de la denominada inmigración interior que mide los saldos de emigrantes que llegan a la ciudad desde otros puntos del país, y de la que población que se va de Benavente a otros puntos del estado. En números absolutos la ciudad perdió 124 habitantes censados en este saldo.

El comportamiento de la migración exterior (el saldo entre los inmigrantes llegados de otros países y la población censada que emigró fuera de España) fue sin embargo positivo. Hubo 60 altas de censo más que bajas por emigración. Con todo, el saldo global de la migración en la ciudad descendió en 64 habitantes.

Pese a esta situación, otros indicadores demográficos son más esperanzadores en comparación con la provincia. Por ejemplo la tasa de dependencia (de niños y mayores del resto de la población activa) se sitúa en el 50,2% mientras que en la provincia es del 67,2%; el envejecimiento es del 19,9% frente al 30% provincial; y el índice de juventud es del 68% frente al 30,3% de la provincia. El índice de maternidad supera en un punto al provincial y el de reemplazo es del 72% frente al 54% de la provincia.