Primera jornada laboral tras decretarse el Estado de Alarma y de dudas sobre las actividades incluidas en el cierre. El teletrabajo está muy bien y numerosas empresas han optado por sumarse a él en estos días, en Benavente, pero gran parte de los empleos no pueden realizarse desde el ordenador en casa, aseguraban ayer algunos trabajadores.

No hay teletrabajo para los pintores, electricistas o fontaneros, los agricultores, los comerciantes de productos de primera necesidad, los jardineros o barrenderos, ni para los trabajadores del sector del transporte, entre otros muchos.

En la primera jornada laboral de esta crisis numerosos profesionales tenían ayer dudas de si deben cerrar, si se les permite seguir trabajando o si, en algunos casos, los van a despedir mientras dura la cuarentena. Antonio es uno de estos trabajadores que a pesar de su temor a poder contagiarse del coronavirus tuvo que salir de casa, emprender su recorrido hasta Porto para trabajar en una casa como lo viene haciendo habitualmente. Él es pintor, para él el teletrabajo no es una opción.

Tampoco Jose se pudo quedar en casa. Él trabaja en una empresa de paquetería y, aunque se han reducido las horas de reparto y los días de ruta fuera de Benavente sigue habiendo actividad.

"Desde que empezamos con lo del coronavirus, la gente ya no firma en el datáfono y, sobre todo, en algunas empresas no nos dejan pasar, directamente salen a recoger el pedido", explicó. Sin embargo sí que se ha visto abocado a cerrar la oficina de mensajería. "Los clientes que tenemos han cerrado la mayoría por lo que no hay trabajo. Talleres, librerías, dentistas ... ", explicó Ana, que habitualmente atiende la oficina.

Luisa es la propietaria de un kiosko donde se despacha pan. Asegura que se ha visto una disminución de clientes. "A la mitad, con respecto a otros días". Y asegura que la gente "sí respeta la distancia de seguridad y mucha viene con guantes". Ella, atiendo por primer día con mascarilla, ya que hasta ayer no la había podido conseguir.

Mónica tampoco se pudo quedar en casa. Ella trabaja en una farmacia y asegura que "hay mucho trabajo. La gente tiene miedo y se están llevando cosas que no necesitan para por si acaso", lamentó.

Carlos es operario de una fábrica que en estos días no ha parado y también ayer fue a trabajar y volverá a hacerlo hoy. Mientras que Miguel es mozo de almacén en una empresa de mensajería que está viendo reducir su actividad puesto que muchos de sus envíos son de las administraciones y de profesionales liberales.. Él también fue a trabajar. A Diego, que está de vacaciones, también le requieren que se incorpore de nuevo a su trabajo, en el mantenimiento de otra fábrica.

Rosa trabaja en un supermercado que desde ayer ha reducido el horario de atención al público. "Me da un poco de respeto porque estábamos continuamente en contacto con la gente y, en ocasiones, no se guardan las distancias".

También trabajadores municipales siguen realizando sus tareas. Es el caso de los jardineros que ayer hicieron labores de mantenimiento de jardines como los de la Mota, completamente desiertos. El trabajo lo han repartido por turnos.

O de la Policía Local que estuvo patrullando la ciudad y requiriendo a los viandantes que se fueran para casa.

Y los trabajadores de la limpieza que volvieron a salir a dejar en condiciones las vías urbanas, mucho más limpias de lo habitual por la escasa presencia de gente.