"La inflamación silenciosa, que es una inflamación que no está producida por ninguna bacteria ni por ningún virus, sino fundamentalmente por la alimentación, es una inflamación que, al contrario de la inflamación tradicional, que duele, mata de forma silenciosa y contribuye al desarrollo del cáncer o de enfermedades crónicas".

José Luis Cidón, doctor en medicina y Biología, protagonizó ayer la conferencia de las Jornadas Oncológicas organizadas por la Junta Local de la AECC de Benavente y aconsejó el tipo de dieta que hay que llevar para prevenir la inflamación silente.

"Hay controlar muy bien la cantidad de proteínas y de carbohidratos que consumimos. Hay que consumir 0,6 proteínas por un carbohidrato normalmente y los carbohidratos que sean de bajo índice glucémico. Y que, además, haya un aumento en la dieta de ácido graso Omega 3, que son los que precisamente regulan unas hormonas que se llaman eicosanoides que están formadas por ácidos grasos de veinte átomos de carbono y son los que regulan la inflamación silenciosa", aconsejó.

Actualmente, explicó este defensor de lo que denomina Medicina Biológica, se consumen muchos ácidos graso Omega 6 y muy pocos Omega. "Cuando tenemos un déficit de Omega 3 es cuando se produce la inflamación silenciosa", señala.

Cidón añade una recomendación más: "Nada de pan blanco". "Nuestros genes tienen 2,5 millones de años y en gran parte de ese tiempo no existía el pan. El pan es del neolítico no del paleolítico, entonces cuando nos separamos de la dieta ancestral homínida enfermamos", argumenta recordando que "centenares de trabajos científicos lo dicen".