El Centro Municipal de Recogida de Animales de Benavente está saturado. En este lugar de segundas oportunidades para los perros abandonados las estadísticas no mejoran. "No es cuestión de que sea verano, porque la actividad no es muy diferente en verano que en otras épocas, lo que ocurre es que hace falta una mayor concienciación social de la necesidad de darles una segunda oportunidad a estos animales", explica Rosa Charro, responsable del cuidado de los animales de la perrera municipal.

"Tania", "Daris", "Nubi", "Vidal", "Jara", "Beethoven", son solo los algunos de los perros que pasan los días en las instalaciones municipales. Llegaron allí por diferentes circunstancias, sin el obligatorio chip identificativo, y se quedaron a la espera de que alguien decida compartir su día a día con ellos. "Hay cada vez más gente que tiene perro, pero la situación lejos de mejorar, empeora. La gente no es responsable ni consciente de lo que es criar un animal. Y unos se cansan, otros no se los quieren llevar de vacaciones, otros no saben cómo tratarlos", asegura la responsable de la perrera.

Rosa apunta entre los problemas a tener en cuenta la "cría indiscriminada. Cuando se regalan cachorros por ahí, no se adoptan en las protectoras. En muchas protectoras hay gente que se interesa por algún perro y como les regalan cachorros ya no adoptan. Si se dejara de criar indiscriminadamente, las adopciones serían mayores y menores los abandonos".

Apunta además Rosa otros problemas con los que tiene que "batallar" en el día a día. "Uno de ellos es en la época de caza. Los perros se pierden mucho, y el problema viene cuando no tienen chip. Sin chip, no tienen dueño y los tenemos que acoger en la perrera". El otro problema es la proliferación de perros abandonados de razas consideradas potencialmente peligrosas. "Estamos encontrando en Benavente perros sin chip de estas razas. Es algo que hay que atajar", añadió.

Los datos facilitados por la Concejalía de Medio Ambiente referentes a las meses de junio y julio reflejan que el número total de perros potencialmente peligroso registrados en el Siacyl, el Sistema de Identificación de Animales de Castilla y León, es de 113, que pertenecen a 102 propietarios. Mientras que el número de licencias vigentes es de 96. Pero es que, además, hay perros de este tipo "que ni están registrados ni sus dueños tienen licencia'.

Haciendo un balance de cómo funcionan las adopciones a lo largo del año, Rosa asegura que no hay más de dos adopciones al mes como media. "Hay meses que no se adopta ningún perro y otros que se adoptan tres, pero a lo largo del año la media viene siendo de dos adopciones al mes", explicó. Los datos municipales que se refieren a estas adopciones, en los meses de junio y julio, recogen siete adopciones, además de conoce perros que fueron devueltos a sus perros, de los quince recogidos. La cifra se superior a esa media, pero en abril y mayo solo se realizaron dos adopciones en total.

El funcionamiento de la perrera es posible gracias a la asociación protectora Procan, que cuenta con un convenio anual con el Ayuntamiento. Además, los voluntarios echan una mano a la hora de sacar a pasear a los perros. "Es una labor que se agradece pero necesitamos más ayuda", puntualizó Rosa. Además hay tres casas de acogida, en los que algunos de los perros pasan una temporada "y eso les sirve para socializarse. Es muy importante esa ayuda". Mientras que otras protectoras les ayudan también a sacar adelante las adopciones de algunos de los perros.

El principal objetivo, cuando se recoge un nuevo animal, es localizar a su dueño para que lo recupere, no obstante, si una vez transcurrido el plazo legal de 20 días, no es posible lograrlo, los animales pueden ser cedidos a otras personas que estén interesadas en adoptarlos.