"La investigación en la oncología y en la biomedicina en general ha permitido en estos años pasos importantísimos en el control de algunas enfermedades como la leucemia mieloide crónica, que antes era letal y ahora la puedes controlar con una pastilla y la gente no se muere, o el melanoma, un cáncer de piel muy agresivo que con las nuevas terapias está logrando aumentar la esperanza de vida hasta los cinco años".

Atanasio Pandiella, vicedirector del Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca, que ayer moderó las cinco mesas de estas jornadas, cree que "avances se han hecho, pero de cara al futuro nos queda seguir investigando para desarrollar más terapias contra tumores como los de pulmón o páncreas. Hay mucho por andar".

El benaventano Ángel Rodríguez Nebreda, doctor en Biología Molecular por la Universidad de Salamanca. Profesor de investigación ICREA en el Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona (IRB Barcelona), habló precisamente de cómo se investiga en oncología y de los resultados que él y su equipo han obtenido después de más de 20 años de trabajo sobre el cáncer de mama, "resultados "que pensamos que pueden dar lugar a una nueva terapia en el futuro".

"Hemos avanzado mucho, lo que pasa es que nos queda mucho por hacer. Pero si pensamos lo que hemos avanzado en los últimos 30 años, sabemos mucho más de cómo se produce el cáncer y tenemos muchos más métodos de diagnóstico. Sabemos que hay cánceres hereditarios, que son genéticos, y que se pueden evitar extirpando mamas y ovarios. Sabemos que el cáncer de pulmón los produce el tabaco inequívocamente y hemos mejorado en terapias. Las hay que funcionan muy bien, aunque el problema son las resistencias".

Dinonisio Martín Zanca, el veterano biólogo de Burganes de Valverde, conferenció ayer sobre el TRK, un oncogén sobre el que lleva trabajando 30 años. "es un oncogén que encontramos en un cáncer de colon y que durante muchos años ha estado olvidado. Recientemente con las nuevas técnicas de análisis genómicos de los tumores se ha encontrado en una proporción relativamente alta de tumores raros y en baja proporción en tumores comunes". El oncogén, según explicó, codifica una proteína que es una proteína quinasa, que puede inhibirse con moléculas pequeñas. "Se ha desarrollado un fármaco que inhibe esta quinasa y para la progresión del cáncer. Luego con el tiempo se desarrollan resistencias. No obstante, el único ensayo publicado ofrece resultados espectaculares: tiene una respuesta muy buena, aunque con el tiempo los cánceres se evaden del tratamiento porque encuentran resistencias y hay que buscar tratamientos nuevos".

La investigadora benaventana Livia Pérez, doctora en Biología, dio a conocer su trabajo con células en condiciones normales "para entender mejor que es lo que pasa en cáncer cuando el proceso de división normal está alterado y se está perdiendo el control sobre la división celular y se dividen mucho". "Hay muchos reguladores del ciclo celular que se están utilizando como dianas de compuestos antitumorales, muchos tratamientos que ya han llegado a la clínica y muchas moléculas que son dianas muy prometedoras para futuros tratamientos".

Aunque su investigación "es a largo plazo", según recalca, Enrique Domínguez, doctor en Química Orgánica y Farmacéutica, cree que el selenio posee propiedades que lo convierte en un compuesto prometedor en el futuro. "El selenio tiene unas propiedades químicas que le hacen especial, es más reactivo. Hace que dentro de las células estas tenga un comportamiento especial y que se pueda intentar aprovechar eso con aplicaciones biomédicas".

Las jornadas concluyeron con un debate-coloquio sobre Jóvenes en Investigación moderado por Pandiella y Martín Zanca. "Creo que en España está complicado tras hacer la tesis lograr una continuidad en la investigación. Es más fácil irte al extranjero hacer carrera y luego regresar para intentar seguir trabajando en investigación con una beca", opina Carmen Rubio, doctora en Biociencias Moleculares.

De la misma manera opina Cristina Nuevo, a punto de doctorarse en Biología Molecular. "Investigar en España es complicado porque la financiación no es como en otros países. En España hay un número importante de becas, pero son muy competitivas. Para seguir investigando hay que conseguir otra beca para poder continuar estudios postdoctorales. y es verdad que en el extranjero hay más probabilidad de obtener un contrato de trabajo".