Los datos de recogida de aceite vegetal usado durante el año 2018 muestran un notable decremento del volumen recogido, que se acerca al 38% menos respecto al año anterior. Aunque ya está consolidada la costumbre de depositar en una botella de plástico cerrada el aceite doméstico usado en alguno de los ocho contenedores de color naranja instalados en la ciudad para la recogida selectiva de este residuo, es "notable" el detrimento en la recogida, según explicó el concejal de Medio Ambiente, Manuel Burón.

Los contenedores situados en la calle Santa Clara, avenida El Ferial (frente Estación de Autobuses), avenida Federico Silva, 26, avenida León, 47 (zona El Pinar), Maragatos, 38, en la calle Las Eras, la avenida Galicia (barrio de San Isidro), y plaza San Martín han recibido un total de 5.890,40 litros de aceite doméstico usado. Mientras que los volúmenes recogidos en años anteriores se cifraron en 6.475 litros en 2016 y 8.665 litros en 2017, aunque por encima del volumen recogido en 2015 que fue de 5.376 litros.

Atendiendo a los puntos de recogida, durante 2018 la mayor aportación de aceite doméstico usado continúa registrándose en el contenedor situado en la avenida de Maragatos, con 1.072 litros recogidos, frente a los 340 litros aportados en el contenedor situado en el barrio de San Isidro, que ha sido el que ha presentado los menores valores de aportación.

En un análisis de la recogida por meses, el mes de noviembre ha sido el de mayor aportación, seguido de los meses de septiembre y junio.

Conviene tener en cuenta que, desde la puesta en marcha de este servicio de recogida selectiva municipal, se han retirado más de 60.000 litros de aceite, " una elevada cantidad de residuo que además de ser totalmente reutilizable, puede causar serios inconvenientes si no se trata de manera adecuada", explica el edil del área.

De modo que, según explica la Concejalía de Medio Ambiente, se estima que un solo litro de aceite usado puede provocar, en caso de ser arrojado al desagüe, la contaminación de aproximadamente 1.000 litros de agua. "También puede llegar a los ríos y al flotar, formar una fina película de aceite que impide la oxigenación de las aguas, comprometiendo el futuro de numerosos seres vivos asociados a las aguas fluviales", añade.

Además, el aceite vertido por los desagües "se adhiere a las paredes de la red de abastecimiento, solidificándose y provocando la obstrucción y corrosión de las tuberías. Del mismo modo, provoca un aumento considerable del coste energético y económico de la depuración de aguas, ya que complica el proceso de recuperación de aguas residuales y acorta la vida de nuestra Estación de Depuración de Aguas Residuales (EDAR). Y aún así, a pesar de lo nocivo que resulta, gran parte del aceite vegetal usado en los domicilios sigue acabando en el alcantarillado".

Desde la Concejalía de Medio Ambiente se agradece la implicación de la ciudadanía en la recogida selectiva de este residuo, lo que ha logrado incrementar los datos de recogida frente a años anteriores, y anima a los vecinos "a seguir contribuyendo a la adecuada gestión de este residuo, mejorando la calidad de nuestro entorno más cercano".

Señala también que "si entre todos somos capaces de recoger este residuo en botellas de plástico y depositarlo en los contenedores de color naranja, los aceites de cocina usados recogidos separadamente pueden recibir tratamientos mediante los cuales se preparan para la producción de biocarburantes, jabones y otros usos en la industria química (ceras, barnices, otros), reduciendo así el uso de recursos procedentes de materias primas e impulsando la actividad económica y empleos más verdes".