La Concejalía de Fiestas sacará a licitación en dos lotes diferenciados pero por una cantidad global de 43.300 la dotación de los dos nuevos tramos de vallado de madera y de otros tantos de acero que sustituirán también el actual sistema de cierre de calles en el itinerario de los encierros durante las fiestas de la Semana Grande.

La seguridad en primer término, pero también la decisión de que la carrera no condicione el diseño de la trama urbana en el centro de la ciudad el resto del año, ha llevado finalmente a sustituir el endeble vallado metálico a base de tubos redondos de la calle Las Eras, en el tramo de la salida del Toril, y en la conexión de la calle La Rúa con la plaza de Santa María hacia la argolla de la plaza de la Madera.

En el primer caso, Fiestas ha optado por la sustitución por estrictas razones de seguridad. El vallado de madera garantiza la visión del publico sin los riesgos que entrañaba el sistema anterior por la holgura entre los tubos y la debilidad de los anclajes en comparación con los previstos ahora. En este tramo de la salida se colocarán un total de 66 metros de nuevo vallado que sustituye al anterior.

En la confluencia de la Rúa con Santa María, donde la finalización de las obras de urbanización dejará dos zonas ajardinadas, el Ayuntamiento ha optado por no condicionar este tipo de urbanización a la carrera del astado. Antes de navidades el equipo de Gobierno mantuvo un encuentro con las asociaciones taurinas locales a las que explicó la intención de vallar estas dos zonas en Santa María, aunque aceptó retranquear la zona de parterres alineándola con la calle, tal y como propusieron algunas asociaciones. Así, la desembocadura de la Rúa con Santa María tendrá 15 metros más de longitud sin el embudo que hubiera formado el vallado si no se hubiese contemplado el retranqueo. En estos dos puntos de vallado se crean además dos nuevas zonas de acceso al público donde con anterioridad no era viable la presencia de espectadores pasivos.

En el recorrido del Enmaromado se ha optado también por eliminar el vallado metálico que protegía algunos árboles a la entrada de la plaza de San Martín creando un embudo y un obstáculo natural para los astados que algunos años fueron renuentes a continuar y no pasaron de este punto del recorrido. El vallado se retirará y los árboles serán replantados en jardineras móviles para dar solución a este problema, según ha explicado la Concejalía.

Tanto para los dos tramos con vallado de madera, como para los encierros, en los que se sustituirán todos los cerramientos, Fiestas ha optado por el denominado modelo navarro frente al utilizado en Pamplona. El primer tiene cuatro travesaños entre postes frente a los tres del utilizado en Pamplona. La Concejalía ha tenido en cuenta la seguridad de los primeros para todo tipo de edades de astados y no solo para bravos de cinco años en adelante.

El objetivo principal del vallado será de seguridad y de imposibilitar el salto del vallado tanto por encima, por debajo y entre los tablones, o la introducción del cuerno por algún madero llegando a sacarlo de su lugar. Por otra parte se busca conseguir comodidad para los corredores que se retiran y la posible evacuación por la parte inferior de algún herido si los hubiera. Todas las piezas del vallado llevan los cantos redondeados para evitar heridas en los posibles golpes.

El lote de madera (pino o abeto tratados) constará de 148 tablones, 48 pilastras, 192 falcas y herrajes especiales. El lote de acero estará integrado por un total de 110 vallas con imprimación antioxidante y acabado en color granate.