No, no se trata del sueño de Ariadna, la diosa que figura en los mosaicos de una de las estancias de la villa romana de Orpheus en Camarzana de Tera. Sino del que se despertó el propietario de la casa. Salía de un plácido sueño y se encontró con otro no menos envolvente, a él y su esposa.

El propietario de la domo, de la villa de Orpheus, a la sazón Publio Camarcio Equestris, uno de los más renombrados cuidadores de caballos de esta zona ribereña del río Tera, en el territorio dominado desde Petavonium, y su esposa Flavia, se despertaban ante los lamentos más que sonoros del auriga Cayo Apuleyo Diocles.

El auriga había oido hablar por el territorio del Imperio de las excelencias de los caballos de Camarcio y nada mejor que hacerle una visita a su villa y compartir con su esposa Flavia un delicioso y suculento menú a base de productos de la tierra y de los mejores caldos. El auriga Cayo Apuleyo quería hacerse con una pareja de equinos, de excelentes ejemplares de raza para lograr una nueva victoria en las carreras. Pero cual fue su sorpresa cuando se encontró con una villa en ruinas, con las estancias que alumbraban sus ricos mosaicos al descubierto e, incluso, hasta las cloacas se dejaban mostrar en la intemperie. Su sorpresa era mayúscula y a voces llamaba a Camarcio que se encontraba en un profundo sueño. El propietario de la domo, Camarcio y su mujer Flavia despertaron tímidamente para recrear ante el auriga invitado las escenas que representan los pavimentos musivos de esta villa romana de Camarzana de Tera. El rapto de Europa, el sueño de Ariadna, las figuras de caza. Toda una relación de escenas ensoñadas que han permitido dar vida a esta villa bautizada con el nombre de Orpheus.

Una representación escénica realizada en la noche de este jueves de la mano de los actores de la compañía zamorana "Mejor con arte.com". La maestría de la triada encarnada por los jóvenes actores Víctor Hernández en el papel de Cayo Apuleyo Diocles, Pablo Lorenzo como Publio Camarcio Equestris y en el de la bella Flavia, por la joven Verónica Calvo. Una interpretación magistral aplaudida con entusiasmo por el público.

La representación escénica: "el regreso de Camarcius", ha contado con 8 pases de 45 minutos durante dos días, con un máximo de aforo de 55 personas. El calor del público emplaza a la Junta de Castilla y León a repetir la experiencia.