Ya lo conocen en México como el "héroe de Durango". Se llama José Manuel Pulgar, "Josman" y es uno de los supervivientes del accidente aéreo ocurrido el pasado miércoles en la ciudad mexicana. Ha saltado a la actualidad internacional no solo por salvar la vida en un accidente aéreo, como el resto del pasaje, sino por ayudar a muchos viajeros en una situación "dramática, muy complicada". Se conoció rápidamente que es español, asturiano, natural de Lena, y después de unas horas se supo que tiene muchos vínculos con Zamora, con Benavente, con Quiruelas de Vidriales, donde nació su madre, donde viven algunos de sus familiares y donde pasa algunos periodos de vacaciones. Es también el "héroe de Quiruelas".

Su hermana Sigrid pasa las vacaciones en la localidad cercana a Benavente y ayer ya respiraba aliviada, tras unas horas de "verdadera angustia", cuando se conoció la identidad del pasajero español que viajaba en el avión siniestrado y no conocían el estado de su hermano. Todo cambió en pocas horas cuando se supo que su vida no corría peligro. Ayer, en Quiruelas de Vidriales se mostraba mucho más aliviada, sobre todo tras conocer que le habían dado el alta a su hermano. "Se quedará unos días allí de reposo y vendrá luego para España a ver a su madre en Quiruelas y de inmediato se irá para Mieres a trabajar en la mina San Nicolás".

Sigrid asegura que su hermano tiene mucho apego a Quiruelas de Vidriales. "Le gusta mucho venir al pueblo, sobre todo en verano". Confiesa que incluso se ha planteado en alguna ocasión "construirse una casa en el pueblo, aquí hay mucha tranquilidad y eso él lo valora mucho".

La historia del relato de lo ocurrido sigue poniendo nerviosa a Sigrid.

Más de un centenar de pasajeros y tripulantes sobrevivieron al accidente ocurrido al despegar del aeropuerto de Durango, al norte de México, aunque 98 resultaron con lesiones y 49 de ellos recibieron atención hospitalaria.

Poco después de despegar en medio de una fuerte tormenta el avión cayó en el límite exterior del Aeropuerto Internacional Guadalupe Victoria de Durango.

José Manuel Pulgar, que resultó herido en el siniestro, se quejaba en declaraciones desde el hospital militar donde estaba ingresado a La Nueva España, periódico del mismo grupo que LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, de un "dolor en el costado" y hacía votos "para salir cuanto antes del hospital para poder ver a mis hijos".

Pulgar, de 43 años y natural de Lena (Asturias), estaba en México de vacaciones, ya que su mujer es de Durango. En esta ocasión viajaba solo ya que tenía que incorporarse ayer al pozo Nicolasa de Mieres.

El asturiano, enraizado en Quiruelas de Vidriales, recordaba a La Nueva España que "el primer intento de aterrizaje fue bien, pero el segundo ya se descontroló todo y fue brutal, sentimos el calor del fuego en el interior del avión". Logró salir de la areonave por su propio pie, aunque también aprovechó para ayudar a otras personas que habían resultado heridas, entre ellas el piloto. "La suerte fue que en los intentos de aterrizaje perdimos los motores y el combustible, porque si no no lo hubiéramos contado", declaró. Y aunque, como el resto del pasaje José Manuel Pulgar ha vuelto a nacer, aseguró que "lo que más me emocionó es que había muchos niños en el vuelo y todos están a salvo".

Ya en el hospital, Pulgar se mostró aquejado de un dolor en el costado. Tenía un corte encima de la ingle y varias contusiones. "Me duele el costado y no sé si tengo una costilla rota o es una contusión muy fuerte, porque me duele mucho", destacó. El "heróe de Durango" se mostraba deseoso de salir del hospital "para llegar a mi casa, que es donde me voy a relajar, ahora solo pienso en el accidente y me acuerdo de una señora que me daba abrazos todo el rato". También quería volver a su puesto de trabajo en el pozo mierense, donde debería haberse reincorporado ayer. "El jefe me va a matar", decía con buen humor. Como minero decía que "he tenido alguna mal experiencia dentro del pozo, pero nada comparable a esto". Así, hizo alusión a un problema trabajando con "aguas colgadas", donde "lo pasé bastante mal, pero ni comparación".

El suceso ya ha sido bautizado como el "milagro de Durango". El avión, que hacía la ruta entre Durango y Ciudad de México, transportaba 103 personas a bordo (99 pasajeros y cuatro tripulantes . Afortunadamente, solo hubo heridos, aunque las primeras imágenes que llegaron donde se mostraba un avión destrozado y en llamas hicieron presagiar lo peor.

Las primeras investigaciones afirmaban que el accidente aéreo pudo haber tenido su origen en "condiciones climáticas adversas" que prevalecían en la zona.