El sacerdote nacido en La Milla de Tera, Pedro Aparicio Blanco, se convirtió en protagonista en la localidad leonesa de Castrocalbón durante la jornada de este domingo 29 de octubre.

Autoridades locales y vecinos quisieron rendirle un homenaje a "la persona que nunca nos ha fallado", haciendo hincapié en "la cercanía y la labor realizada" durante los 25 años como párroco de Castrocalbón y 37 de ministerio sacerdotal, como señalaron los feligreses en el acto de reconocimiento en la iglesia parroquial. Un edificio que se ha visto remozado desde que el cura zamorano recalase en la villa leonesa.

En las glosas mostradas por autoridades y vecinos se destaca cómo el edificio de la iglesia "ha dado un giro completo en todos los aspectos", apuntando a intervenciones de obra como el descubrimiento de una nave lateral que estaba cegada, descubrimiento de los arcos, el techo, nuevo presbiterio, pórtico, vidrieras, una de ellas donada por el propio párroco con motivo de las bodas de plata sacerdotales, así como la renovación de ornamentos. En otro de los edificios religiosos, en la ermita, se han realizado también actuaciones de obra como renovación de la cubierta y en el interior.

Los vecinos valoraron el proceder del homenajeado como ""cumplidor, cercano, discreto y generoso" destacando como prueba de generosidad la instalación de la calefacción en la iglesia cuyo presupuesto de 10.000 euros se financió gracias a una colecta de 4.000 euros y 6.000 euros aportados por el párroco.

El homenaje se iniciaba con una misa de acción de gracias en cuya celebración destacó sobremanera el coro parroquial ataviado con trajes tradicionales y ofreciendo un repertorio diseñado para la ocasión.

El Ayuntamiento, en nombre del pueblo, regaló al homenajeado una casulla como "muestra de su cariño y buen hacer".