En lo que va de año ya se ha atendido ha cuarenta transeúntes en el albergue de Tina Carbajo. "Antes de la crisis se les daba mejor buscarse la vida y sacaban bastante para viajar. Ellos comentan que Benavente era un lugar muy bueno para conseguir dinero y seguir su camino hacia otro lugar como Astorga o León. Pero ha bajado muchísimo. Ellos dicen que los que más ayudan son los jubilados y ahora el que no tiene al hijo en casa tiene al nieto", explica Hermi, quien lleva atendiendo este servicio ocho años. La estancia se prolonga por dos días. Para comer, acuden a Cáritas donde les entregan un vale y con él van al Centro de Día del Imserso para almorzar.

Lo habitual es que estos transeúntes viajen de albergue en albergue individualmente. "Repite la misma gente, los nuevos vienen buscando trabajo y muchos cuentan historias personales un tanto dramáticas. Hay gente que asegura que vivía bien y que con los problemas económicos han perdido hasta la familia y hay quien la tiene, pero se han alejado de ella porque así es una boca menos para comer".